Hay cosas que se hacen con prisa y cosas que se hacen con calma. Los objetos de M.A se hacen con calma. Cada objeto es resultado de procesos laboriosos, en el que su protagonista es el tiempo: nuestro recurso imposible. Así, los tapetes o vasijas de barro que allí hacen no pueden ser sino únicos. M.A es un proyecto de la artista Mely Ávila y llegó, sin duda, a mejorar las casas de los que vivimos en esta ciudad.
Lograr piezas como las de M.A no es hazaña fácil. Para lograr una vasija de barro, todo comienza en la montaña zapoteca, a donde Mely y las familias oaxaqueñas van a recoger el barro. Ese lodo se prepara durante una semana y cuando ya le han dado forma de una vasija o un florero lo dejan secar por un mes. Ya que están secas se hace la quema sin electricidad; una hoguera es muy parecida a un ritual. Cuando las piezas están listas, se transportan con el mismo cuidado con el que se hicieron. Entonces todo termina (y comienza) en el taller de M.A., que se encuentra en la San Rafael.
M.A comenzó apenas en enero, y aunque en su nombre lleve las iniciales de Mely, se trata de un proyecto completamente colectivo. Mely es artista plástica. En los tapetes, que se pueden usar en la pared o el piso, Mely lleva el dibujo y la fotografía a esos otros planos. Para los diseños se inspira en los símbolos mitológicos y cosmovisiones indígenas, pero también en los mercados y accidentes en la arquitectura y las calles del país: las superposiciones de texturas, colores u objetos que derivan del ingenio y la improvisación mexicana.
Aunque los diseños sean en un principio de ella, por su naturaleza colaborativa es imposible que no se involucren todos de cierta forma en el diseño, con los accidentes propios del telar y las manos que los hacen. De hecho, Mely tardó un año en formar el equipo, pues no a cualquier artesano le gusta la idea de desafiar el telar. Por la composición del telar –trama y urdimbre– la hechura de los estos diseños, que llevan con curvas o formas irregulares, es rara y difícil.
La artesanía implica procesos muy laboriosos y su valor en la economía aún no le hace justicia. Aunque cada vez más hay proyectos como M.A, es decir, que pagan bien a los artesanos y se involucran en los procesos, todavía queda trabajo por hacer. Estas piezas pueden costar más. Mely lo que busca es que cuesten lo justo. En M.A puedes encontrar piezas desde mil pesos. Todo depende del tamaño –no siempre el más grande es más caro–, los colores vegetales, el diseño: entre más geométrico es más accesible; las líneas más delgadas o circulares son más laboriosos y por lo tanto más caras. Pero ella se ajusta: uno puede ir a visitar su taller, que es puro color, y ella te pregunta, ¿qué te gusta? ¿qué buscas? entonces con su equipo te hace una pieza preciosa, a la medida; un tapete que es tiempo. Esto significa tener una pieza única.
Además, una vez al mes tendrán especiales, con piezas a mitad de precio. Para que piezas muy elaboradas puedan ser más accesibles.
Sigue a M.A en instagram para enterarte de sus actividades: @____m.a____
Fotos: Ángela Suárez (@suarezangela)
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