El cuerpo humano es una máquina hermosa y terrorífica. Es extraño el nivel de emoción que puede causar estar frente a nuestra propia anatomía y saber que al momento de verla, la tenemos dentro, funcionando. Nuestros órganos, nuestros huesos, nuestra sangre y todo lo que nos conforma parece algo salido de una película de body horror cuando lo vemos desde fuera… En el Centro Histórico, en la Plaza de Santo Domingo, existe un lugar perfecto para ir a pasar una tarde o una mañana entera y confrontarse con la anatomía de esa maquina de piel que conocemos tan poco. El Museo de la Medicina guía la imaginación del visitante hacia lugares oscuros y viscosos de su interior, y también hacia las maravillas que la medicina mexicana ha hecho por nosotros a lo largo del tiempo.

El hermoso edificio es del arquitecto Pedro de Arrieta, quien lo construyó entre 1732 y 1736, y en algún momento fue sede de la Inquisición española. Este hecho, sumado a los enormes espacios un tanto decadentes y de luz baja, son probablemente motivo de que el visitante se sienta solo y a la vez observado, mudo.

Una serie de salas temáticas –herbolaria, anatomía, cirugía reconstructiva, medicina prehispánica, oftalmología, odontología y muchas otras– muestran cómo solían ser los instrumentos médicos, casi de tortura, antes de la era que afortunadamente nos tocó vivir a nosotros. También hay elementos de nostalgía, como la réplica de una botica de 1885 que existió en la ciudad de Oaxaca o el jardín de plantas medicinales. Por otro lado se encuentra, por ejemplo, la sala de otorrinolaringología y cirugía de cabeza y cuello, donde se exhiben instrumentos quirúrgicos que usaban los primeros que incursionaron en esta especialidad, y algunos modelos en cera, extremadamente explícitos, del proceso quirúrgico.

La sala de anatomía es un terrorífico y hermoso viaje al centro de uno mismo.

En la sala de anatomía hay modelos anatómicos de órganos, músculos, huesos, sistema nervioso, reproductivo, respiratorio. Y, en efecto, un cadáver femenino conservado en técnica de carbowax con disección de miembros, que muestra los músculos por regiones, la disección de tórax y elementos del sistema digestivo y respiratorio. Curiosidad, fascinación, repulsión y escalofríos, todo a la vez.

Después de anatomía, resulta tranquilizador y hermoso ir a visitar Embriología.

anatomía

En la sala de embriología se encuentran, en formol, cada una de las etapas de gestación. Hay esqueletos diminutos, perfectamente formados y articulados, cráneos de fetos de distintos tamaños y todo el proceso de formación de un ser humano desde que es del tamaño de un frijol, o menos.

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