Tiene ya algún tiempo que la Santa María la Ribera se ha instalado en el imaginario de los capitalinos como una colonia con dinámicas genuinas. Un día de paseo en la Santa María es recompensado con buena comida, buena arquitectura y una oferta cultural sin equivalentes, al igual que su dinámica de barrio.
Es con esa idea que Camino a Comala se expandió a esta colonia. Con una sede previa en la San Rafael, este café de especialidad es un oasis de delicia y comodidad que por su estética y concepto resalta del resto de los locales de su tipo en la zona, pero de alguna manera combina perfecto con los mecanismos especiales de la zona. Por ejemplo, porque tiene dos mini-bibliotecas de trueque para los vecinos y porque, desde luego, alude a Juan Rulfo al igual que todas las calles de la colonia aluden a algún personaje mexicano que haya cambiado la cultura en México.
“Todos han leído Pedro Páramo de Juan Rulfo en esta ciudad, y a nosotros nos encanta. Además mi socio es de Colima y Comala es un pueblo mágico de Colima, por eso Camino a Comala”, nos cuenta Ana, una de las socias del negocio.
Esta cafetería comenzó con la idea de traer un pedazo de Colima a la ciudad de México, pero por razones logísticas no encontraron un proveedor que les surtiera la calidad de café colimense que querían, y ahora su café de la casa, con el que hacen el espresso, es de Huatusco, Veracruz, y terminó por ser uno de sus mejores atributos. Además, cada semana o máximo cada 15 días reciben cafés de distintas partes del mundo como de Etiopía o Burundi que puedes tomar en métodos artesanales de extracción del café, como el V60, Chemex o Aeropress.
Una de las cosas que en seguida llaman la atención de Camino a Comala es su atmósfera tranquila, rodeada de plantas, muebles antiguos o hechos de madera reciclada, y las mini-bibliotecas de las que hablamos arriba. La mayoría de las personas que lo visitan son jóvenes locales que llegan a pie o en bicicleta a trabajar en silencio disfrutando de buen café.
En Camino a Comala lo que abunda es el café de calidad, pero también puedes probar el super rico pan artesanal que les entrega la Panadería el Reloj, otro negocio en la Santa María. Hay tés, chocolate caliente, pizzas personales, chapatas y baguettes de carnes frías y quesos y, por supuesto, cerveza artesanal de la marca Colima. Todo esto puedes disfrutar mientras escuchas una selección de jazz que nunca se detiene y que un día cada dos meses se convierte en un trío de jazz en vivo.
Camino a Comala está buscando ser parte de ese secreto que hace tan especial a la Santa María la Ribera, y por ello algunos sábados invitan a un grupo de comensales (cualquiera se puede unir) a recorrer los puntos más interesantes de la colonia para formar una narrativa callejera y ser parte de ella.
Con este mismo entusiasmo por constelar los puntos más cautivadores de la zona, crearon un mapa gastronómico de la colonia donde, además de mostrar puntos culturales de la zona como el Microteatro y el Museo Universitario del Chopo, puedes ubicar negocios similares a Comala que tienen nuevas propuestas y llevan poco tiempo de existir. Así, Camino a Comala llegó a hacerle bien a los vecinos y a las calles. Su amor por la colonia se detecta no sólo en el aporte de ser una buena cafetería –donde no la había–, si no en todas las formas de recordarle a la gente que la Santa María la Ribera tiene una de las dinámicas más genuinas de la ciudad.
.
[snippet id=”25348″]
.
También te puede interesar:
La pieza que es Casa Wabi en Santa María la Ribera
Especial de arquitectura: La ciudad que brota entre las grietas
Santa María la Ribera, barrio de fósiles y huellas