El Panteón de Xoco se encuentra sobre avenida Río Churubusco, a una cuadra de la Cineteca Nacional, en el centro del antiguo barrio que lleva su nombre. Los árboles y flores forman parte de su iconografía, hay pocos panteones donde crezcan, ya sea salvaje o no, flores y plantas sobre las tumbas. Y eso siempre es algo que hay que ver.
Xoco también es famoso por su austeridad –representativa de las construcciones posteriores a la revolución–, tranquilidad y por ser el lugar donde asesinaron al gran Belisario Domínguez en 1913.
En los caminos del panteón hay algo que lo vuelve distinto, algo que da la sensación de un vivero: la naturaleza parece encontrar un lugar idílico sobre las tumbas. Los sepulcros están cubiertos de tierra y se convierten en macetas de vida, que nace –de la forma más espontánea– de donde ésta ya no existe.
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