La celebración del primer aniversario de Solé se siente más como una cena familiar. Aquí todos se conocen y los que no, no tardan en hacerse amigos. María José, que es una de las socias (la misma de Iniciativa Orgánica Local) y la razón por la que estoy aquí, me cuenta un poco del proyecto que iniciaron, para ser exactos, hace un año y tres meses, de la mano del chef Roberto Alcocer (famoso en el norte del país por su restaurante Malva, en Ensenada).

Lo que hace la diferencia en Sole es que somos un oyster bar americano, inspirado en la cocina de toda la costa Este de Estados Unidos, desde Maine hasta Nuevo Orleans. Muchos de nuestros platos tienen influencia de la gastronomía criolla o Cajún, y además son de los que más vendemos, como el gumbo de mariscos, nuestra versión de clam chowder, los crab cakes, y el Blackened fish.

No todo es marino (por aquellos que no consumen productos del mar) y las costillas con bbq de Gingerale o la codorniz KFC con ensalada de col y puré de papa servida con miel de maple terminan de cerrar un menú que definitivamente tiene un inspiración muy sureña. Además, para los que se fijan en la procedencia de lo que consumen (qué a estas alturas suponemos que será al menos la mitad de los comensales), aquí la pesca es sustentable, con atún aleta azul y jurel de criadero que llega cada día fresco por vía aérea.

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Sole es un lugar que se siente de moda, sí, pero que también se siente familiar y sin pretensiones. El interiorismo, que estuvo a cargo de Oficina3, buscó utiliza la mayor cantidad posible de materiales reciclados; desde la madera de lambrin y las mesas que utilizan durmientes del metro de la Ciudad de México hasta los plafones que están hechos con unicel reciclado (literalmente era la basura que sobró de la nivelación del piso). Todo esto crea un espacio que se siente entre industrial y sofisticado.

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Para los que trabajan por la zona, hay que asomarse a comer, pues ofrecen un #menúdeldía que incluye tres tiempos por 250 pesos o apuntarse a la cena, con ostras super frescas y vino, para luego cruzar la calle y seguir la noche en Parker & Lenox, o algún otro local ameno de la cotizadísima colonia Juarez.

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