¿Cómo sería ver dos exhibiciones basadas en una misma idea dentro de la misma sala y casi al mismo tiempo? Esto es lo que ha logrado Pantalla Blanca. La nueva galería escondida de Pedregal ha combinado las salas de exposiciones convencionales con la nueva tecnología de realidad virtual. Así puedes ver la exhibición de manera lineal y en la realidad actual, o si no, ponerte unas gafas de realidad virtual y moverte alrededor de la sala viendo algo totalmente diferente. Todo en un mismo espacio localizado dentro de las oficinas de Moisés Cosío, su director, también fundador de Alumnos 47.

Pantalla Blanca aloja hasta la próxima semana la exhibición El pasado es un animal grotesco; en sus ojos podemos ver lo completamente equivocados que estamos, de la artista María Sosa. Con curaduría del artista Juan Caloca, quien designará al próximo curador y así sucesivamente (hasta esto es un juego en Pantalla Blanca), se presentan los temas de la incomprensión histórica ante el momento de la conquista, el momento de contacto entre los indígenas y los españoles, y las interpretaciones posteriores sobre la unión de ambas culturas.

Pantalla Blanca

Objeto herramienta de explotación, María Sosa

Pantalla Blanca

Objeto herramienta de explotación, María Sosa

La exhibición está a su vez basada en una extensa investigación del pasado prehispánico, de sus objetos y de sus costumbres para crear una unión con lo generado después del choque cultural y sus repercusiones en el arte contemporáneo. Por eso, María Sosa toma figuras y objetos precolombinos y los ocupa en la creación de nuevas formas, imágenes y esculturas, que den vida a una nueva pieza en el contexto cultural de hoy. Entre las obras presentes en la exhibición destaca la contraposición gráfica de figurillas eróticas de barro prehispánicas con imágenes sexuales contemporáneas.

Como parte de la curaduría, Juan Caloca ha originado una escenificación teatral para la “sala” de realidad virtual. Al ponerse las gafas uno entra dentro de la sala de nuevo, donde ahora aparecen dos chicos visitándola y discutiendo temas que tienen que ver con la incomprensión del arte contemporáneo, la misoginia y el clasismo, esto último haciendo referencia oculta a la relación entre el poscolonialismo y la actualidad mexicana. Al mismo tiempo que ellos hablan y observan las piezas, dos personajes, un hombre y una mujer, caminan completamente desnudos y con gesto ausente alrededor de la sala, invisibles ante la mirada de los dos visitantes.

El juego que Pantalla Blanca ha originado para realizar sus exhibiciones es altamente disfrutable para los que gozamos de alto contenido de investigación, a su vez estético e interactivo. Además, su carga temática no es menos relevante, ya que refiere a problemáticas de México que se generaron de un choque de culturas pasado y que todavía no han sido asimiladas. Es una experiencia completa, física y mental, que merece ser vista, recorrida, pensada y transmitida.

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