Si conoces a alguien obsesionadx con vinos naturales, kombuchas, café y que brinca de alegría con una sidra artesanal, un vino natural o un té oolong. Esta guía de regalos líquidos te va servir mucho.
Café Papagayo abrió sus puertas al comienzo de octubre, apenas hace dos semanas, y ya ha sido acogido por los vecinos de la San Miguel Chapultepec como el nuevo lugar para desayunar y comer delicioso en la zona.
Loofok es una bodega de vinos naturales que acaba de mudarse a Laguna, una antigua fábrica textil en la colonia Doctores en la que conviven diversos proyectos.
Hace algunas semanas abrió Hugo: un winebar con muy buena comida y una selección exquisita de vinos naturales. Lo mejor es la luz que se filtra de los enormes hules y quedarse allí toda la tarde.
BoBô fue un gran descubrimiento de la cuarentena. Tienen una selección chiquita, lo cual agradecemos, y tan bien escogida que no hay pierde: todo es rico. Y hay de todos los precios.
El bar Sí Mon es acogedor, con bóvedas catalanas y –como una bodega– con poca luz. Se toman vinos muy ricos, tablas de quesos y carnes frías.
Los vinos naturales son mucho más que una moda. En nuestra ciudad hay 3 lugares que promueven la cultura sin químicos y las etiquetas fuera de lo común.
Hace unos días abrió el sótano de Alba con una barra, 10 mesitas y muchos vinos especiales. Además tienen cervezas, tapas y el primer sake mexicano.
A veces uno quiere ir por una copa de vino y un plato ligero, a un lugar donde se pueda platicar, comer rico y desenredarse el día de encima... y no sabe a dónde ir. Pues vayan al Loup.
En nuevo Bar Oriente, en la Roma, tiene 4 pisos y cada uno es una experiencia distinta: restaurante izakaya, bar de sakes, karokee privado y foro con música en vivo.
La barra más completa en México de whisky japonés, sake y vinos naturales, biodinámicos y naranjas, la tiene este bar diminuto y perfecto en la colonia Cuauhtémoc.