En el marco del 150 aniversario de la colonia Guerrero, el Museo Kaluz presenta la exposición La Guerrero en boca de todos, una inmersión profunda y emotiva en la memoria de una de las zonas más representativas de la Ciudad de México.
La colonia Guerrero, una de las más antiguas de la ciudad, alberga un sinfín de anécdotas y lugares emblemáticos de la ciudad, por eso la queremos mucho.
En La Nana, que está frente al Franz Mayer, uno puede ir a aprender artes circenses, danza butoh, swing, saxofón o piano.
El Pozole de Moctezuma está adentro de un departamento en la colonia Guerrero y para entrar hay que tocar el timbre que dice "pozole". Su receta lleva mezcal.
Dicen que en Tamales Teresita inventaron las orejas de elefante (y podría ser verdad): esas milanesas doradas y abundantes que desbordan los platos.
En el penacho de Moctezuma se come bien y se bebe mejor, siempre bajo el resplandor azul del penacho gigante de neón que está en el escenario.
Nada como una poderosa arma de 60 centímetros de maíz cargada de lo que le quepa, sólo en Los machetes de la Guerrero.
La Única de la Guerrero fue la primera y única cantina de la colonia Guerrero (después abrirían pulquerías, cervecerías, bares y cabarets y se tendría una época de oro en la década de los 50).
Bajo varias colonias existieron necrópolis, cementerios enormes que enterraron a los muertos locales y fueron enterrados a su vez por edificios y calles.
El interior de la casa que perteneció a los Requena era una obra de arte: sus salas estilo ecléctico y art noveau eran desbordantes, fantasiosas, llenas de exuberancia. Sin embargo, como la vida de Pedro Requena, su camino fue sinuoso y corto. En 2005 ésta se desplomó.
Ya se puede visitar la Casa Rivas Mercado, la hermosa mansión que guarda los caprichos más raros del arquitecto del porfiriato.
Hay que decir que después de la medianoche no sólo hay tacos grasientos: te recomendamos estas otras opciones, igual de perfectas.
Visitamos el estudio de tatuajes "Sigue Sigue Sputnik", ideado por Dr. Lakra en la colonia Guerrero y sí, SSS (Siempre Sale Sangre).
A pesar de atravesar una de las colonias más áridas de la Ciudad de México, la calle Violeta, en la Guerrero, está toda pintada del color de su nombre. Inspiración a la orden del día.