La Nueva Santa María tiene calles con nombres de frutos y nombres de flores, un parque ovalado en el centro y alrededor de éste, tres heladerías La Michoacana. Para los vecinos, ir por helado al parque es algo de toda la vida, y lo relacionan con una de estas tres heladerías en particular, la que llegó primero: La Michoacana, que está en la esquina de Clavelinas y Av. De Los Maestros. Y que, entre variaciones de una historia familiar intrincada, fue de las primeras Michoacanas en la ciudad. Lo cierto es que su fundador, Don Rafael, fue el primero en mejorar el control de calidad y no escatimar en el producto. Los helados de esta Michoana son vastos. Quizás por eso son los preferidos del rumbo.

michoacana

La Michoacana llegó en 1952 a la misma esquina en donde está ahora. Comenzó con dos cortinas, que al poco tiempo se multiplicaron, desde donde despachaban helados, paletas y aguas estilo Tocumbo Michoacán. Cuando a Don Rafael le comenzó a ir bien, compró el edificio y comenzó a expandirse a otras zonas de la ciudad. Desde su origen, La Michoacana es una mezcla de franquicia y negocio familiar; aunque la historia de su origen y popularidad es confusa, lo cierto es que todas vienen del pueblo de Tocumbo y la mayoría de las paleterías se quedaron entre familia.

El encanto de esta Michoacana va más allá del brote nostálgico que provoca entre los parroquianos. Don Rafael usó por primera vez moldes de acero inoxidable, agregó mucha más fruta en los productos, introdujo las aguas frescas (en lugar de refrescos) y nuevos sabores, permanentes y de temporada. “Cada Michoacana tiene sus peculiaridades, y aquí preferimos ser vastos, que todo tenga de más: más nuez, más fresa y que la crema y leche especial”, dice Guillermo, uno de los familiares. A partir de ahí, esta paletería tiene cientos de sabores; de permanentes, de temporada y hasta exclusivos. Como la paleta sabor mazapán, que sólo está ahí.

michoacana

También nos contaron que en ocho semanas estará lista la remodelación que están haciendo. Lo que ahora tapa una lona grandísima, en la fachada, pronto será un segundo piso dedicado a las especialidades y un espacio con mesitas y sillas para comer ahí.

La Michoacana más especial de la ciudad está en la Nueva Santa María, al menos para muchos: en este barrio se come mucho helado. Como nos dijo un señor muy amable que atiende otra Michoacana a unos metros:  “el sol sale para todos, aquí nos va muy bien”. Comer helado frente a un parque así, en una colonia así, no podría salir mal.

 

.

[snippet id=”54593″]

.

.

Más en Local.mx

Chiandoni: la emblemática heladería italiana de la Nápoles y nuestro amor por ella