En Romero Sandwich Club el menú es sencillo: dos sándwiches estilo Brooklyn. Uno es de berenjena frita, el otro de chicken parm. No tienen lugar físico, solo entregas a domicilio, pues este proyecto que inició entre amigos es eso que llaman un dark kitchen. Pero a la sombra de esa cocina hay historias familiares que hacen que su comida sea tan rica y generosa. Sus creadoras (una mexicana y una italoamericana) dicen: aquí se combinan los clásicos italoamericanos de Brooklyn con la abundancia mexicana y se explora el significado del “comfort food”. Esa comida que nos hace sospechar que hay algo familiar allí (sin saber exactamente qué).
El recalentado
Todos los domingos, nos cuentan, la familia de una de ellas se juntaba en casa de la abuela, en un barrio italiano de Brooklyn. Allí “cada reunión se sentía casi como un thanksgiving o una nochebuena y todos eran bienvenidos en la mesa”. Nunca faltaban pasta y meatballs y un platillo distinto cada semana. Entre esos platillos su favorito era el Chicken Parm, entonces le gustaba llevarse algo de las sobras a su casa para hacerse un sándwich al siguiente día. “Así el lunes todavía sentía el cariño de mi abuela”. Como un recalentado mexicano.
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Los sándwiches
El menú es muy sencillo: dos sándwiches, Chicken Parm y berenjena. La receta tradicional del Chicken Parm es, a grandes rasgos, pollo empanizado cubierto de salsa de tomate y mucho queso. El de berenjena frita es el que nosotros probamos, y está delicioso. El guiso lleva salsa de tomate y está montado en pan de ajo crujiente. Es la textura de la berenjena, entre suave y frita lo que más nos gustó.
Los sándwiches llegan calientitos porque los envuelven en papel aluminio, y son lo suficientemente grandes, para que se puedan compartir. Así puedes pedir uno entre dos personas y acompañarlo con algo que tengas en casa, o pedir uno y guardarle la mitad a una amiga. El sándwich de berenjena cuesta $180 pesos y el de chicken parm $200 pesos. Lo valen.