No sabemos cómo es vivir en otro lado; por suerte, podemos averiguarlo sin salir de la CDMX. Hoy en día, si quisiéramos buscar comida china o coreana hay varias opciones que podrían declararse como las líderes absolutas. En el caso de la comida de Singapur, no hay otro lugar más que Makan para probar las delicias del país asiático sin siquiera tomar un avión. Bendita sea la CDMX por eso.

Ubicado en Emilio Dondé, en la parte baja de un edificio de departamentos junto con otros locales comerciales, Makan es un restaurante amplio con cocina abierta y mesas de madera, alrededor lo adornan botellas de vino especiales, libros de cocina de autor y hasta una gorra de la casa. La vista da justo al Reloj Chino de Bucareli, un lugar icónico de la ciudad, y hacia una avenida que otrora fue escenario de marchas y cierres viales. A pesar de que uno puede imaginar la cantidad de ruido que hay en aquella esquina, en Makan lo único que importa es el olor de la comida condimentada y del choque de las copas que brindan en alguna celebración.

Al llegar te reciben con una cortesía: un platito de ayocotes con salsa de la casa, deliciosos. La carta de bebidas es tan extensa como pueden ser los ingredientes que utiliza la comida de Singapur: hay una variedad notoria de spritz, cocteles clásicos y vinos por copa o botella naranjas, rosados, espumosos, blancos y tintos. Todos oscilan entre los 200 y los 3500 pesos, aproximadamente. El menú de comida, por otro lado, es una hoja de papel impresa en la que están los platos de la casa: desde entradas, como el fresquísimo tartar de pescado, hasta platos más fuertes como el pollo Makan o el pato rostizado, este último tan jugoso que dan ganas de no acabar de saborearlo nunca. Casi todos los platos fuertes vienen con arroz o fideos, lo cual los complementa a la perfección.

En palabras de los meseros, todo lo que ofrece Makan es para compartir. Es uno de esos restaurantes en donde creen firmemente en que el gozo solo es válido cuando es entre todos, y el tamaño de sus platos es prueba irrefutable de ello. Además, todo tiene un sabor increíble: nosotros probamos el larb (carne tártara de pescado con hierbas y puré de camote), un woon sen (fideos de frijol con berenjena asada, cilantro y jengibre), y un pato rostizado con arroz, realmente fabuloso.

Makan es tan especial que no solo sus platos son una cosa inolvidable. Cada semana tratan de llevar a cabo colaboraciones inéditas: una de ellas la hicieron el 27 de octubre con Cabo San Juan, un lugarcito de mariscos que está llamando muchísimo la atención entre foodies y amantes de la comida callejera. Próximamente estarán colaborando con Máximo, el increíble restaurante del chef Eduardo García, en un menú especial de 1 a 7 pm. 

De hecho, en un sentido de comunidad con todxs, hace unas semanas Makan se convirtió en un parque: dado que la avenida cerró y solo se podía acceder a pie o en bici, el restaurante alentó a lxs ciudadanxs a que se dieran una vuelta como si estuvieran en algún parque como Chapultepec o incluso Central Park, solo por el simple hecho de caminar por ahí.

Aunque ahora Makan es un local amplio y en forma que brinca a la vista, lo cierto es que antes, cuando estaban en la calle de Querétaro en la colonia Roma, había que pasar por un pasillo en un edificio de apariencia abandonada para llegar a unas tres o cuatro mesas rojas (podremos no acordarnos de cómo llegar pero sí del color de sus mesas y sillas). Da gusto saber no solo que han crecido, sino que han aumentado sus esfuerzos por seguir compartiendo la cultura y comida de Singapur.

@makanmx_ 

Emilio Dondé 68B, colonia Centro

Lunes a sábado | 14 a 22 hrs

Domingos | 13 a 19 hrs