La Piccolina significa pequeña consentida y es una de nuestras tiendas sí, consentidas, de la Condesa. Una pequeña miscelánea que vende quesos y carnes de Chipilo (un pequeño pueblo de inmigrantes italianos en Puebla). Venden productos raros, únicos, como gouda con axiote o arándano, manchego madurado o un jamón de conejo con pimiento. Y nuestro hallazgo más reciente: la paleta de hielo que sabe a pay de limón (y un poquito a limoncello).
Al fondo de la tienda hay un refrigerador con el nombre de la marca: Coccolo, una empresa familiar poblana, que se dedica a hacer sus paletas con receta italiana desde 1993. Esos refrigeradores son muy comunes en Puebla; en la Ciudad de México, al parecer, uno las encuentra solamente en La Piccolina.Las hay de vainilla, ron, cajeta, maracuyá, mamey, guanábana, cacahuate, café, coco, yogurt, fresa, arroz con leche, mango, chocolate y, por supuesto, limón. Todas cremosas y frescas.
Hace calor. (Lo sabemos, no hablamos de otra cosa). Pero es que la sed y el antojo de algo fresco nos acechan. La paleta de limón de Cóccolo nos halló a buen tiempo y a buenas manos: teníamos que recomendarla. Y ustedes probarla.
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