Sobre la calle de Colima en la colonia Roma hay una puerta roja sin anuncio; tienes que tocar y subir hasta el último piso en que hay una terraza con techo de vidrio y cocina abierta. En Gracias Comedor solo sirven cenas de alrededor de 10 tiempos los jueves, viernes y sábados con reservación previa limitada a 36 comensales por día. El menú cambia cada cuatro semanas, el vino y el agua corren sin parar al gusto de cada comensal, todo por un precio bastante bueno.
Gracias Comedor es la materialización de uno de los sueños de Diego Morones, publicista y chef quien antes de esto no tenía la menor idea de lo que es tener un restaurante. Todo lo que se sirve ahí es una reinterpretación y homenaje a los platillos que de alguna manera han cambiado su vida. El pan, por ejemplo, es el que hacía su bisabuela, y el dulce de limón él lo preparaba cuando tenía cinco años. Para Diego la cocina está hecha a base de historias, y por eso va de mesa en mesa platicando sobre cada uno de los platillos y su preparación. La idea básica del lugar es que los invitados se sientan como en su casa.
Primero te ofrecen un mezcal de la casa llamado Catrina hecho en Matatlán Oaxaca por el maestro Fortino Ramos. Como tiene una triple destilación es muy suave y muy dulce, perfecto para abrir el paladar.
Menú en Gracias Comedor
El menú actual comienza con una burrata fresca con prosciutto de 24 meses bañado con vinagre balsámico calidad oro importado de Modena, Italia, y aceite de trufa blanca. Al servir este primer platillo empieza a correr el vino. Puedes tomar cuanto quieras a lo largo de toda la comida hasta el postre. Esto y el agua nunca se acaban, pues para ellos el vino es un acompañante necesario para vivir la experiencia. Todos los vinos son mexicanos, el de ahorita es el Alebrino (50% Tempranillo, 25% Merlot y 25% Cabernet) del Valle de Guadalupe. Después viene un crudo de jurel y atún en caldo de mango con habanero, y así le siguen ocho platos más. El pescado que sirven siempre es de temporada, y todas las frutas y verduras provienen de Yolcan.
Casi todos los viernes y sábados están llenos (aunque puedes tener suerte), pero los jueves hay más lugares. Si hay algún grupo de más de ocho personas que quiera ir otro día, pueden organizarlo especialmente para él.
También tienen una carta de seis delis clásicos con 200 gramos de proteína (grilled cheese, filete al romero, Rubens, pavo al comino) a domicilio de lunes a viernes.
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