No sabemos por qué le pusieron El Gran Rábano a este restaurante en la Portales; no venden pozole y ningún platillo del menú tiene rábano. Pero es parte de su encanto. O, más bien, tiene sentido cuando entras al espacio y ves que nada tiene mucho sentido: hay cuadros en las paredes que tienen paisajes de París, otros de pulquerías y otros de farmer’s markets en California. Pero El Gran Rábano es uno de los locales más ricos de la Portales y su especialidad es la pancita y los sopes de huevo.
Si te gusta el libro, el callo o cel acarizo tienes que llegar temprano, pasadas las 2 de la tarde sólo queda pancita en caldo, pero es también una delicia. La receta lleva guajillo, yerbabuena y epazote. Y tiene el color perfecto. El gran rábano comenzó como un local a un lado del mercado de La Portales donde vendían pura pancita y sopes hace más de 50 años. Por eso tienen la maestría en la receta. En este local, la misma familia lleva más de 25 años y su menú ya es gigante.
Además de pancita, recomendamos el mixiote (hay de cordero, cerdo y conejo), los sopes y los huaraches. El que más nos gustó fue el huarache de cecina, pero el sope de huevo es una creación especial del lugar y para desayunar es opción perfecta. En general, El Grán Rábano es uno de los diamantes en bruto de La colonia Potrtales para curarse una cruda. De ahí pueden darse una vuelta al tianguis de antiguedades que está a unas cuadras caminando.
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