Gerardo Ramírez trabajó, desde que recuerda, en la carnicería de su papá. Dejó la secundaria para ayudarle con todo el trabajo que tenían; distribuían la mejor carne a los entonces pocos restaurantes de la Condesa, Juárez y Polanco, y surtían los pedidos diarios de sus clientes. Gerardo apenas llevaba unos meses de lleno en la Súper Carnicería Atlixco cuando comenzó la crisis de 1994. Los restaurantes quebraron y cayeron los pedidos, así que el Jerry, como lo conocían en la colonia, dedicaba sus ratos libres a su pasatiempo: guisar. Un día se le ocurrió llevar una estufita de dos hornillas a la carnicería y se puso afuera a cocinar, hasta que su papá, don Juan, le hizo un huequito dentro del local. Como adolescente curioso, aprendió algunos guisados de su abuela, y así empezó a vender tacos de bistec y de lengua de cerdo en jitomate. Le decían “los tacos del Jerry”, y el Jerry cada vez le ganaba más lugar a su papá en la carnicería, hasta desplazarla al rinconcito que mantiene hoy, sobre la calle de Atlixco, mientras que los tacos quedaron a sus anchas, sobre Juan Escutia, y adoptaron el nombre de Tacos Don Juan.
Han ampliado la variedad de guisados. Destaca, además, el sabor de las tortillas calientes que les lleva cada hora la tortillería de la calle Pachuca y la calidad increíble de la carne por la que siempre se distinguieron. Los tacos de suadero taquero, el de bistec con queso, las gaoneras y la arrachera son de primerísima. Y de los guisados, las rajas con crema, el bistec con pasilla y los chiles capeados y rellenos de queso en salsa de tomate de los jueves no tienen rival. Hay oficinas enteras que tienen como tradición ir los viernes de carnitas. Entre semana reciben entre 250 y 300 personas cada día, y desde luego don Juan y el Jerry nunca han dejado de estar presentes. Hace unos años se unieron al staff dos hijos de don Juan y su nieto, ante el crecimiento acelerado que ha tenido el negocio desde 2007.
Es tal la fama del local que alguna vez Jordi Roca (de El Celler de Can Roca, considerado uno de los mejores restaurantes del mundo) nos confesó en entrevista que su lugar favorito para comer era nada más y nada menos que esta esquina en la capital mexicana, donde además todos los que atienden son familia, igual que en su famoso restaurante en Girona.
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