Hablar de comida oaxaqueña es hablar de variedad y complejidad, de texturas, sabores, olores, historias, recetas, familias, territorios. Basta con mencionar el mole, uno de sus platillos principales, para evidenciarlo. Por eso creemos que es tan preciado encontrar lugares en la ciudad que ofrecen la variedad de productos –y hasta asesoría– para llevar un pedacito de Oaxaca a nuestras casas.
Tamales envueltos en hoja de plátano, quesillo, requesón y crema, el maíz azul –sin el que no existieran sus deliciosas tortillas, tlayudas y totopos-, tasajo, cecina y longaniza, sal de gusano, gusanos de maguey y chapulines, hierbas, chiles, chocolate… y sus moles, sus infinitas opciones de moles. En fin, mejor dejamos aquí una guía de dónde conseguir esto y mucho más.
Como lo dice su nombre: allí es Oaxaca. La autenticidad y tradición de este local se revela en la calidad de sus productos y en su historia. Fue fundado a fines de los años cuarenta para abastecer a paisanos nostálgicos que llegaron a establecerse en Neza.
Aquí recomendamos tomar tejate: un elixir de maíz, cacao blanco, huesos de mamey, flor de cacao y azúcar de caña; y el helado de leche quemada, que sabe a humo, como casi todo lo bueno en Oaxaca.
Helado de leche quemada y tejate.
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Desde 1945, este local es visitado por clientela que añora tierras oaxqueñas. El trato de sus propietarios es entrañable, como aquellas tierras, pues están dispuestos a resolver cualquier duda o hasta compartir recetas.
Recomendamos comprar totopos del Itsmo, delgadísimos, blancos y crujientes. El chorizo y la carne enchilada no tiene pierde (es el producto estrella) y el queso de petate, para partir fresco en la mesa.
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3. Carrito itinerante de productos oaxaqueños
Además de tener productos de calidad, este comercio en ruedas nos facilita la vida. Por lo menos una vez a la semana alguno de estos se aparece por las distintas colonias de la ciudad. Gracias a esto, cocinar con ingredientes oaxaqueños –nutritivos y ricos– puede ser cosa de todos los días.
Aquí el queso Oaxaca es delicioso, las tortillas buenísimas y los churritos de amaranto también.
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