Casa Elvira sirve comidas a cualquier persona mayor de 60 años, y sólo les cobra 10 pesos. Su propósito es que el adulto mayor tenga una calidad de vida y que coma más rico y nutritivo para que siga siendo parte de la comunidad de la colonia Cuauhtémoc.

casa Elvira

Este comedor es el primer proyecto altruista de la Fundación Cale, que varios restauranteros de la Cuauhtémoc constituyeron el año pasado. Los patronos de Casa Elvira vivieron personalmente casos de pobreza, así que para ellos esto una forma de agradecer a la vida y a su colonia las oportunidades después de muchos años de trabajo y esfuerzo. Casi todos los alimentos que utilizan provienen de sus restaurantes, de esta forma además de ayudar no desperdician comida.

Casa Elvira abrió hace un año y ya tiene más de 600 usuarios registrados. Tienen el apoyo del Centro de Atención y Desarrollo del Adulto Mayor que les ayudó a darse a conocer con su base datos, y luego unieron a la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación Región Centro (IMSS), así que también aceptan en su comedor a personas con discapacidad o a familiares que acompañan a los pacientes de ese hospital en Rosas Moreno. Desde que abrieron han servido más de 22,700 comidas sin interrupciones. Además organizan actividades en las tardes: talleres de lectura, cine, tejido, artes plásticas y los viernes clases de baile.

casa elvira

“Nuestra institución no persigue ningún fin de lucro, somos apolíticos, laicos y meramente altruistas. La única condición que tenemos es que vengan personas mayores a 60 años o que sean minusválidos de cualquier edad”.

Si uno pasa por allí antes de la 1 de la tarde siempre habrá gente sentada en la banca de afuera platicando mientras espera entrar a comer. Muchos usan sombrero y están muy bien vestidos. Es raro que Casa Elvira exista en esta zona, pues por lo general este tipo de comedores comunitarios están en zonas marginadas. Pero su plan es hacer felices a estas personas incentivando las relaciones humanas y la alimentación casera y sana. Hay menús especiales para los diabéticos o los que no pueden comer sal, y el lugar lo atienden voluntarios (también adultos mayores).

Los dueños (o patronos) no reciben donativos monetarios. La única manera en que uno puede ayudar es como voluntario en las actividades de las tarde. También buscan doctores que puedan ir de vez en cuando a checar a la gente que visita el comedor. De hecho a partir de junio de 2019 habrá mediciones de azúcar en la sangre y presión.

El aforo de Casa Elvira es es de 130 personas, y en sus 3 turnos sirven en total 250 comidas diarias. Todos los servicios cuestan entre 5 y 10 pesos. Este es uno de los lugares que por excelencia mejoran nuestra ciudad.

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