El Beneficio Café es de esos lugares cálidos que, aunque vayas de prisa, te detienes a ver. Será por sus puertas campiranas que dan cierta calma. O porque la dueña, Ana María Fernández Jáuregui, procura siempre estar al pendiente de las necesidades de cada cliente. Para contarnos un poco sobre los inicios de este café y su concepto nos ofreció –en un día nublado– una tisana de almendras, manzana y canela y una trenza de chocolate negro con avellanas.
El Beneficio empezó como un diminuto café en la calle Gómez Farías. Los vecinos de la zona lo recibieron muy bien y hace más o menos un año a Ana María se le presentó la oportunidad de comprar otro local, mucho más amplio, a sólo unos pasos de este. Ahora El Beneficio es un café dividido en dos locales gemelos. A partir de ahí, además de que reciben más gente, la carta de comida creció.
El café juega con la palabra “beneficio” porque, aunque su nombre completo es “El beneficio de la duda”, en realidad toma su nombre del proceso a través del cual se despulpa la cereza del café para extraer el grano que posteriormente se tuesta y se muele. Porque para El beneficio el proceso es muy importante.
Ana María heredó las ganas de “apapachar a través de la comida” de su madre y de su abuela. Por ello decidió establecer un café y no una panadería; porque le gusta ver a la gente reunirse y gozar de lo que ella prepara con su equipo.
La carta es variada y con platos bien equilibrados. Tienen sándwiches que preparan con pan hecho en casa y hierbas y especias. También, tienen un menú del día en sintonía con la temporada.
Aunque sirvan sándwiches, ensaladas y otras cosas para picar, lo mejor de El Beneficio son, sin lugar a dudas, los desayunos. Además de los waffles –una de sus especialidades–, los chilaquiles y varios tipos de omelettes. Los fines de semana tienen un smoothie de avena con frutos rojos u omelette relleno de champiñones y espárragos, bañado en salsa de queso de cabra. No tienen pierde.
Aunque las cartas de ambos locales son prácticamente iguales, el original, el que es más pequeño, ofrece más opciones veganas y vegetarianas.
Luego vienen los postres, otro fuerte de este café. Recomendamos el pay de plátano con dulce de leche y la tarta de chocolate con frutos rojos. Pero lo que sea es bueno: hay también volcanes de chocolate, pannacotas, pastel de zanahoria, brownies y panqués.
Además del beneficio de comer en un lugar agradable, aquí sirven una mezcla de café espectacular. Es una mezcla en que la ligera acidez del café de Pacayal se equilibra con la dulzura de otro grano orgánico que traen de Chiapas.
No dejen de ir al Beneficio, abierto de 8 am a 8 pm y uno de los secretos mejor guardados de Coyoacán.
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