Hasta hace unos años era más fácil encontrar buena comida francesa que norteña en la ciudad. Se encontraba, acaso, algún lugar con carne regular y tortillas de harina calidad impostora –tan lejanas al sabor de la manteca local. Afortunadamente ya hay más lugares a donde ir a comer una cabrería, tacos sebosos o hasta hot-dogs estilo Ciudad Obregón y que sepan bien. A estos los consideramos hallazgos: Arre Sonora, que llegó hace cuatro años a la colonia Álamos es uno de ellos.
Como previa anotación, habrá que recalcar que la cuestión de la tortilla de harina no es terquedad. Cualquier sonorense entiende la importancia, pues hemos comido esto más que otra cosa en la vida. Es nuestro comfort food. Nuestros recuerdos más pueriles están en el taco de tortilla de harina con mantequilla y sal o de frijol maneado.
En Arre Sonora ni la carne ni las tortillas las traen de allá, pero tienen todo el sabor. Quizás lo mejor de allí es su carta amplia. Además de tacos de carne hay platillos caseros que poco se encuentran fuera de una cocina sonorense. Recetas como la gallina pinta, el caldo de queso o la capirotada, que sabe a miércoles de ceniza y viernes santo en la sierra; y desde luego los frijoles charros, de frijol bayo, que dan de cortesía.
La gallina pinta es un caldo de carne (costilla y chamberete), maíz nixtamalizado y frijol bayo con chile anaheim. Aquí la sirven con todo y hueso, es decir con toda y grasa. El caldo de queso, que ofrecen solamente los fines de semana a partir de las 2 pm, es un platillo ranchero, con queso fresco, papa y chile verde. Además de caldo de queso, los fines de semana preparan birria de res y menudo blanco.
Los tacos los hacen con distintas preparaciones y hay de rib eye o cortes sonorenses como la cabrería, que acá sería el filete de res, o el diezmillo, que equivale al bistec. Recomendamos el caramelo de cabrería (harina con carne y queso), la lorenza (tortilla de maíz dorada con queso, carne y frijol) o el taco seboso. También tienen burritos que, a diferencia de los tacos, se preparan con tortilla sobaquera o tortilla grande: hay de machaca, carne con chile colorado, chorizo con papa, frijol maneado o carne asada.
Para el postre recomendamos las coyotas rellenas de piloncillo, guayaba o dulce de leche, los coricos (galletas sonorenses de más harina) o la capirotada, cuya receta original lleva biznaga.
Vale la pena llegar con hambre a Arre Sonora, pues si tiene algún inconveniente la gastronomía de aquella parte del país es que suele ser muy pesada. Los precios son excelentes. Un taco bien reportado cuesta entre $30 y $40 pesos y por si fuera poco, seguido tienen promociones algo insólitas: un paquete familiar a $400 (1 kg carne, quesadillas, bebidas, guacamole y frijoles) o todos los tacos que puedas comer a $99.
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