1. Muchos pasean a sus perros por las calles de la colonia Roma y observan los edificios dañados bajo la oscuridad. Silencio.
2. Estábamos escuchando a los Stones. Una estampida de vecinos bajando las escaleras prolongó el sismo unos segundos más. Ya en la calle, nos vimos las caras con los ojos abiertísimos durante quién sabe cuánto tiempo. ‘’Sympathy for the devil” seguía sonando desde nuestra ventana.
3. A Justine y Máximo se les destrozó su departamento de la calle de Ámsterdam, en la colonia Condesa. Un pedazo de muro con un póster de Joy Division cayó desde arriba.
4. Piso 9. Comida caliente en la mesa. Muchos no han llegado y la señal es mala. Suena la de “Despacito” en el celular de la tía Luisa. “Karla está atrapada en el tráfico en Santa Fe. Vio cómo unos tipos asaltaban con pistola en mano a varios conductores de adelante”. Chocan los cubiertos contra la vajilla. Aúllan los perros para acompañar a las sirenas de las ambulancias. Karla dice que mientras los asaltantes aprovecharon la coyuntura para joderse a los demás, los vendedores de semáforo regalaban sus dulces a los asaltados.
5. No he dejado de escuchar a los Caifanes desde ese día.
6. El cabezón mandó un mensaje de WhatsApp a la 1:38: “Estamos sacando gente de un edificio que se cayó en Ámsterdam”. Luego luego pensé que se había caído la ciudad entera. En el taller de junto siempre ponen salsa. Ahorita no se escucha nada.
7. La gente en la colonia Roma está gritando en las calles que necesitan linternas. Muchos están quitando las luces de sus bicis para donarlas. Por alguna razón, el de los tamales oaxaqueños piensa que es buen momento para ofrecer su producto.
8. Carla se quiere mudar a una casa en el Pedregal. Le da terror que algo le pase a su bebé. En la tele transcurre la historia de Frida Sofía en vivo, minuto a minuto.
9. Dos horas de fila para pagar en el supermercado. Todos los carritos amontonados con botiquines, agua y víveres. Anaqueles vacíos. Pasillos llenos.
10. En el centro de acopio de mi calle suenan los motores de las motos. “Rodamos en ‘formación z’”, dicen. Lo que sea que eso signifique. El líder de la manada de motociclistas toca el claxon de su 1200 cada vez que atraviesa una calle, y lo seguimos todos. En mi cabeza se escucha en repetición automática “Here we Kum” de Molotov, porque mi inconsciente se comporta de maneras muy extrañas.
11. En la zona de desastre hay cadenas de cientos de personas pasando de mano en mano los recursos que llegan para organizarlos a la luz de las linternas. Aún a esta hora algunos cantan el “Cielito lindo” a coro para acabar con la angustia aplastante que azota las calles oscuras.
12. Esto que vi hoy es eso que busca uno en los conciertos, en las películas y en los libros: algo que se siente pocas veces y se vive casi nunca. La urgencia de anteponer la necesidad de alguien más frente a la propia. La pulsión de vida pura y tangible.
13. En el centro de acopio del Parque España piden “un aplauso para la camioneta roja que se va llena de garrafones de agua directo a Xochimilco”. Chiflamos, aplaudimos. En la banqueta de enfrente, una señora llora y reza como para sí misma mientras suena “… o algo de fierro viejo que venda”.
14. El trabajo que hicimos los últimos dos días fue hermoso, pero también tuvo mucho de correr en círculos. Como gallinas sin cabeza.
15. Docenas de motocicletas cargadas de medicinas zumban sobre el segundo piso del periférico. Yo voy en el coche. En la radio solo hay dos opciones: noticias o reggaetón.
16. No habían puesto música en W-Radio desde el sismo hasta hace unos minutos. La primera canción que sonó fue “Antes de que nos olviden”.
17. La condición humana sí es una condición. Somos humanos a pesar de nosotros mismos. Gracias a todos por salir a la calle.