Hay algo en el sonido de campanas de iglesia que tranquiliza. El sonido llena todo el espacio y todo el cuerpo del escucha, y eso se siente bien. Quienes fueron a visitar el campanario de La Catedral Metropolitana y escucharon su llamado llevan un recuerdo muy especial. Hasta hace poco había una vivista guiada cada hora y costaba 15 pesos, pero por razones de seguridad, lo cerraron después del 19s. En esos recorridos, que extrañamos mucho, podías ver detalles muy íntimos de la iglesia, como la madera roja de las escaleras que van al campanario o imaginar el día a día de los campanilleros. La Fonoteca Nacional, en su selección de Paisajes Sonoros de México, hizo grabaciones del Campanario en la hora pico. Es una delicia ponerlo algunas veces durante el día.
Aquí lo puedes escuchar:
Antes, los campanarios eran muy peligrosos para los campanilleros, que tenían que empujar las campanas con toda su fuerza para hacerlas girar 360 grados, y luego alejarse muy rápido. Por eso, en el campanario de la Catedral Metropolitana hay campanas “castigadas”; tienen una cruz roja que indica nunca más serán tocadas. Las campanas de ahorita son mucho más sencillas de tocar: uno solo tiene que mecer el badajo (el tubo de en medio de las campanas) con una cuerda y listo.
Las campanas son una forma de comunicar. Indican festejo, luto, misa y, antes, llamados al combate. Indican también que ya llegó la basura. Y cada una suena distinto. Por eso son un paisaje sonoro de la Ciudad de México… Pueden escucharse prácticamente en todas partes. Recomendamos mucho oír campanas.
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*La ciudad está llena de sonidos, la Fonoteca Nacional tiene otras recopilaciones sonoras muy interesantes sobre la urbe. Como Sonidos en peligro de extinción o la sección Joyas.
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