En la ciudad a veces todo es demasiado. Estamos rodeados de gente, imágenes, sonidos y nada se detiene, nada permanece. El paisaje urbano cambia. Pero… En Silencio y Pausa, Gustavo Ruiz Lizárraga (Ciudad de México, 1982) muestra lo contrario.

Una ciudad vacía en donde acaso hay una persona que funciona de escala, pero los edificios son silenciosos protagonistas. Y los paisajes parecen familiares pero resultan extraños por la luz, la perspectiva, la vacancia. A esta suerte de incógnita se suman las fuertes referencias al cine, a la música y a la pintura de Edward Hopper.

La música está ligada al título y a la sensación general de la serie. Silencio y Pausa hace que busquemos los anti-momentos, esos congelamientos urbanos y nos quedemos a observar aquello que el ruido y las multitudes nos frustra.

Para conocer más del trabajo de Gustavo, visita su sitio web.