El metro es naranja porque de ese color llegaron a México los trenes del fabricante francés. En esos años (sesentas y setentas) el color oficial del Departamento del Distrito Federal era ese y el gobierno no lo cambió; así nos quedamos con los vagones colorados que pasean en el subsuelo.
El azul es reflexión y calma, el naranja, justo al otro lado del círculo cromático, todo lo contrario. Es el color universal para decir ¡cuidado!, en este hemisferio y en el otro. Los astronautas van a la luna vestidos de ese color, y esta ciudad alguna vez construyó naranja, en febril intento de ser más vistosa, más extraordinaria. La fiebre naranja nos dejó la cúpula imposible del Palacio de los Deportes, por ejemplo. Naranja era la montaña rusa de la feria de Chapultepec, el interior del centro comercial Satélite, los uniformes de los que recogen la basura; naranja las naranjas y a veces, los atardeceres.
El naranja es con frecuencia el color que sostiene a toda una estructura, que la hace presente, visible. Esta galería recopila algunos lugares de esa ciudad anaranjada, colorada de atardeceres o lugares del color vibrante por excelencia.
“Todos los servicios que requiere cualquier ciudad moderna están incorporados a la vida cotidiana de los capitalinos”, indica el pie de foto de esta imagen, en la que vemos a una persona mayor utilizando un teléfono público en 1981.
El interior de la plaza Satélite en 1982 con la escultura símbolo del centro comercial, obra de Olivier Seguin.
El puente que comunica la primera y la segunda sección de Tlatelolco en una imagen de mediados de los años sesenta.
Un camión recolector de basura en algún punto de la ciudad a finales de los años sesenta.
El Palacio de los Deportes, obra de Félix Candela, Antonio Peyri y Enrique Castañeda Tamborrel, en una toma aérea de los años setenta.
El 24 de octubre de 1964, hace 50 años, inauguraron los juegos mecánicos de Chapultepec. Una de las principales atracciones del parque de diversiones fue la montaña rusa, que aún funciona.
Uno de los vagones del metro en hora pico.
La Fuente del Cutzamala, conocida popularmente como “las sombrillas” o “las regaderas”, ocupó la glorieta del Paseo de la Reforma, Mississippi y Sevilla de 1982 a 1992. Ahora está La Diana Cazadora.
: La calle de Revillagigedo, vista desde la avenida Juárez poco después de los sismos de 1985.
El Hotel de México en 1978. Este proyecto turístico quedó inconcluso y por varios años únicamente funcionaron el lobby y los últimos pisos. En los noventa se convirtió en el World Trade Center.
El Liverpool de la plaza Satélite en los años ochenta.
La iluminación nocturna en la glorieta del Caballito a mediados de 1972.
: Uno de los primeros trenes del Metro de la Ciudad de México en los talleres de Zaragoza, durante la fase de pruebas de la línea 1 en 1969.
Un tranvía PCC en la calle de Goya, en Mixcoac, a mediados de 1972.
La Ópera, pequeño local ubicado en la esquina de Filomeno Mata y Cinco de Mayo.
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