Buscar, en medio del caos urbano, un poco de magia para comenzar el año no es un concepto nuevo. Los rituales urbanos para despedir el año nuevo datan de hace muchos años. Somos un país que vive de rituales, desde los más tradicionales y ancestrales hasta los más extravagantes, cada esquina y familia tiene su propia fórmula para atraer la buena suerte, el amor o el dinero; supersticiones que mezclan lo práctico y lo simbólico, gestos pequeños que prometen abrir las puertas del futuro. Aquí hacemos un recorrido por algunos de los rituales urbanos más icónicos para despedir el año.
Comerse las 12 uvas: un deseo por campanada
Empecemos por un clásico y el que probablemente todos hacemos o hemos hecho. Un clásico indiscutible. A las 12 en punto, las campanadas marcan el ritmo para comer una uva por cada mes del año, formulando un deseo con cada mordida. En las mesas chilangas, este ritual se mezcla con risas y prisas: uvas gigantes que son imposibles de tragar a tiempo. Sin embargo, recientemente Tik Tok nos ha traído una variante a esta tradición: comer las doce uvas debajo de la mesa. ¿Por qué? Quien sabe, pero se dice que hacerlo así incrementa las posibilidades de encontrar pareja el próximo año.
Ropa interior de colores: la magia empieza en lo básico
La tradición de elegir ropa interior según el color es uno de esos rituales que pocos confiesan seguir, pero muchos practican. Amarillo para el dinero, rojo para el amor, verde para la salud, todos juntos para cubrir todas las posibilidades y tener un superpoder en el 2025. Porque aquí, soñar en grande es parte del ADN. En los mercados y tianguis de la ciudad, los puestos de ropa se llenan de opciones, y la elección del color se vuelve casi una declaración de intenciones para el año que inicia.
La vuelta a la manzana con maleta en mano
Uno de los rituales más populares (y tal vez más chistosos) es el de salir corriendo con una maleta en mano justo después de las campanadas a dar la vuelta a la manzana. La idea es atraer viajes y aventuras para el nuevo año.
Pro tip: Si no quieres pasar frío o te da pena, basta con darle una vuelta a tu sala o balcón.
El anillo en la copa: un brindis con doble intención
Uno de mis favoritos es este, poner un anillo dentro de tu copa de burbujas para atraer abundancia, riqueza y prosperidad. Y ojo, dicen que tiene un poder más fuerte si el anillo es de oro.
El acto es sencillo: coloca el anillo en la copa antes de brindar, da el sorbo correspondiente y, por supuesto, asegúrate de no tragártelo. Piénsalo como una “ofrenda al universo”, una manera de decirle: “Estoy listx para recibir toda la abundancia que ya me pertenece”.
Barrer hacia afuera: limpia literal y simbólica
Barrer hacia afuera simboliza deshacerse de todo lo que no queremos llevar al próximo año. En las calles de colonias como Mixcoac o Narvarte, no es raro ver a vecinos en plena barrida justo antes de las 12. Es un acto simple, pero poderoso, que conecta con la idea de renovación: empezar el año con el corazón y la casa libres de todo lo que pesa.
Quemar el pasado: adiós a lo que no sirve
Este funciona así: escribe en una hoja de papel todo lo malo que ocurrió durante el año, todo lo que estás listx para dejar atrás y luego prendele fuego. Es un ritual catártico y liberador, quemar el pasado para dar espacio a nuevos comienzos.
Dejar la ventana abierta: invita a lo bueno
Abrir las ventanas al filo de la medianoche es una invitación simbólica a que las cosas buenas entren en casa. En una ciudad donde muchas ventanas están permanentemente cerradas por el ruido y la contaminación, esta acción adquiere un significado aún mayor: dejar que el aire fresco, las nuevas oportunidades y la energía positiva encuentren su camino hacia tu vida.
Limpias exprés en la calle y hierbas del mercado
Si eres más espiritual, hacerte una limpia es entonces un ritual indispensable para cerrar ciclos y empezar el año renovadxs. En barrios como La Merced o el Mercado de Sonora, puedes encontrar todo tipo de hierbas, inciensos y amuletos. Los chamanes y curanderos ofrecen limpias exprés, usando huevo, copal o ramos de hierbas. O si prefieres hacerlo en casa, basta con un ramito de ruda y albahaca, o un bundle de Salvia Blanca que puedes comprar en el mercado más cercano. Y no olvides barrer la casa hacia afuera para deshacerte de las malas energías del año que termina.
Un ritual para cada alma urbana
La CDMX, con su caos y encanto, es el escenario perfecto para reinventar rituales y mezclarlos con las supersticiones de siempre. Al final el punto es el acto de detenernos un momento, agradecer por lo vivido y aprendido, pensar en lo que queremos y dar un pequeño paso para atraerlo.