Franz Mangel es un observador que encuentra en el caos de la Ciudad de México una poética visual cautivadora. Llegado de paisajes menos caóticos como Berlín y Nueva York hace apenas 4 meses, su enfoque fotográfico en CDMX es un intento por capturar la riqueza de sus contrastes: la amalgama de emociones entre el bullicio y la quietud, la espera de los transeúntes en esquinas urbanas, y la ternura de las parejas que se aman sin reservas en la calle.

Cada paso en su caminata diaria desde Coyoacán hacia el corazón de la ciudad se convierte en una búsqueda intuitiva de la luz y de los momentos imprevistos que sólo pueden surgir en un espacio tan libre y no regulado como el de las calles mexicanas. Para Franz, la belleza en la CDMX brota de sus conflictos visuales, de la tensión entre lo cotidiano y lo sublime. Sus fotografías son testimonio de su fascinación por una ciudad que vive y respira con intensidad, donde la estética urbana fluye entre la alegría y una añoranza indefinible, resonando en su propio sentido alemán de “Sehnsucht” o anhelo.

¿Cómo la ciudad influye en tu estilo y enfoque fotográfico?

La ciudad es muy caótica, hay cierta cacofonía audiovisual, pero al mismo tiempo hay mucha belleza. Es algo que siento profundamente cada día que estoy aquí y quiero representar eso en mis fotos, de manera auténtica, respetando el espíritu del lugar. 



¿Qué historias buscas contar con tus fotos de la CDMX?

Algo que he notado aquí mucho, más que en otros lugares donde he tomado fotos, es que hay gente esperando, sin que esté claro qué, en varios lugares y de diferentes maneras. Con el paso del tiempo, eso se ha ido convirtiendo de una percepción a un sentimiento. Es algo que intento tratar en mi fotografía.

¿Cómo ha cambiado tu percepción de la CDMX desde que empezaste a fotografiarla?

Aún no ha pasado mucho tiempo desde mi llegada a la ciudad, solo unos cuatro meses. Por eso, no he tenido mucho tiempo para cambiar mi percepción. Todo sigue siendo nuevo. 
Al principio, la ciudad me abrumó un poco. Tampoco estaba bien acostumbrado a tanta lluvia y tormentas como hubo. Eso me pesaba mucho porque mi fotografía vive de la energía de la calle. Pero ahora, con el sol, la experiencia es diferente y más amable. Finalmente, he comenzado a notar más situaciones particulares. Por ejemplo, me encanta cómo las parejas se aman en público de manera tan abierta. Son muy cariñosos con entre sí. Es algo que no había visto así en Nueva York ni antes, viviendo en Berlín.

¿Tienes alguna rutina o ritual cuando sales a fotografiar la ciudad?

A menudo salgo al mediodía de donde vivo, en Coyoacán, y simplemente sigo caminando hacia el norte, guiándome por la luz. Así llego a la Roma y desde ahí giro hacia otros lugares, como Juárez o el Zócalo. Normalmente camino sin un destino fijo. No tengo un ritual, pero me he enamorado de la horchata; la bebo muchas veces durante mis recorridos.


¿Cuál es tu espacio favorito en la CDMX?

Me encanta vivir en Coyoacán. Me gusta el equilibrio entre la vida agitada del centro y la tranquilidad de las tantas plazas pequeñas, con sus muchos árboles, y pasear por los viveros.

¿Qué crees que hace a la CDMX visualmente única en comparación con otras ciudades?

El uso libre del espacio público. En otras ciudades donde he vivido, hay más regulaciones sobre qué espacio está dedicado para cada actividad. Aquí, la gente utiliza la calle de todas las maneras posibles. Hay vendedores y tantos puestos que, en primer lugar, crean muchas relaciones visuales interesantes, y luego promueven movimientos peatonales que resultan en momentos inesperados y sorprendentes.


¿Cómo ves la relación entre el caos de la ciudad y su belleza?

Para mí, el caos es la base para tener belleza en la vida. Y aquí hay muchos conflictos visuales de los que pueden surgir situaciones poéticas.

¿Qué emociones te inspira la CDMX cuando estás detrás de la cámara?

Es una tensión entre la alegría y unos sentimientos más oscuros. Al referirme a la espera que observo, surge una emoción que en alemán se describe como «Sehnsucht» o anhelo en español. Es muy similar a «saudade» del portugués.


Top 3 imperdibles dentro de la ciudad

  1. Me encanta la Cineteca en Coyoacán. Siempre hay algo bueno que ver cada semana.
  2. Mi mejor experiencia comiendo tacos fue en el puesto Tacos “El Paisa” cerca del metro San Cosme. Todos son muy ricos y baratos. También, visualmente es muy apetitoso ver a los taqueros cocinando y preparando las órdenes. Hay que tener paciencia porque siempre hay un montón de gente visitando. 
  3. El chamorro en El Sella.