Hace alrededor de dos años y medio, Mariana Vargas decidió abrir un taller para orientar su carrera en artes hacia el diseño de moda. Se dio cuenta de que su interés principal estaba en la ropa y en cómo la gente la usa en un contexto cotidiano. Taller Vargas es una mini fábrica con sólo cuatro manos, las de Mariana y las de una patronista profesional. Las prendas tienen que ver (como todo en la vida) con el clima. O con la falta de clima, en el caso de la Ciudad de México, ya que no hay grandes cambios en las temporadas: sus prendas son prácticas y versátiles y pueden usarse todos los días del año.
De la misma forma en que Cristóbal Balenciaga, su diseñador más admirado, ignoró las convenciones de su época y salió de su zona de confort para hablar de la diversidad cultural del planeta, Vargas desarrolla un lenguaje personal lejos de las tendencias comunes. Al entrar a la vertiginosa industria de la moda, con su alta exigencia de ritmos y propuestas, Taller Vargas pudo hacerse un espacio sin sacrificar su sensibilidad, intuición, ritmo y proceso creativo.
El proceso intencionalmente lento de la producción y la estabilidad del clima en la ciudad, derrota el cliché de crear colecciones estacionales, como la prisa por liberar una colección de abrigos para el invierno, por ejemplo. En su lugar, las prendas se crean con precisión para que el usuario esté cómodo los 365 días del año.
La colección más importante de Taller Vargas hasta ahora es Colección Triángulo. Una serie de prendas que incluyen vestidos casuales, sacos, gabardinas, camisas y pantalones unisex. Todas ellas son construidas a partir de cortes triangulares de tela unidos por costuras que crean líneas casi invisibles. La idea es ensamblar perfectamente la tela como si cada prenda fuera un rompecabezas que se ajuste al cuerpo de manera ergonómica, cómoda e innovadora. Casi toda la colección es monocromática.
La cantidad limitada de prendas que Taller Vargas produce es intencional y realista para la escala del taller, lo cual se relaciona a la misión de Mariana de que cada prenda hecha a mano tenga cierta exclusividad debido al intrincado proceso de diseño y la intensidad en la producción.
En esta misma línea de que todo sea personalizado e individual, para comprar prendas en Taller Vargas hay que asistir al taller e involucrarse en el proceso. Una parte muy importante de la misión de Mariana es que el cliente se identifique profundamente con la prenda desde el primer hilo de costura hasta el diseño final.
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