Noviembre tiene la mejor luz de todo el año. El sol se eleva menos en el cielo así que en otoño las sombras se vuelven más largas, los días más cortos y la luz muy cálida. Parece extraño pensar que esta es nuestra tercera estación en cuarentena. Aunque al principio nos quedamos en casa con una mezcla de incertidumbre y alivio, para muchos el experimento ya llegó demasiado lejos. El trabajo desde casa no cambiará pronto, así que en Local decidimos recomendar algunas ciudades a las que cambiar un tiempo la oficina. En Oaxaca la luz de otoño es la más dorada –rebota en la cantera verde que cubre la ciudad– y hay tlayudas y mezcal.
Oaxaca es una de esos lugares que merecen guías especializadas. La región es un valle plano y amplio: desde donde uno se ponga las montañas siempre lo rodean. Tratar de resumirla en una lista es casi un despropósito, pero en una situación de pandemia las opciones se limitan. Las restantes son más que suficientes: paseos en bicicleta, caminatas largas entre calles empedradas, aire frío, los mejores mezcales y comida para ver atardeceres rosas en una terraza.
Qué hacer
Considerando que todos los museos y bibliotecas de la ciudad están cerrados las opciones se limitan, pero las calles –casi siempre llenas– también son mucho más tranquilas. Oaxaca es una ciudad corta ideal para recorrer en bicicleta. Mundo Ceiba organiza paseos y también rentan bicis por día, semana o mes. Además del Centro Histórico, uno puede llegar fácilmente a los barrios de Xochimilco y Jalatlaco, a poca distancia, también con calles empedradas, iglesias y pequeños cafés. Con tiempo y presupuesto para rentar un coche la larga lista de pueblos cercanos con los mejores paisajes incluyen Hierve el Agua, San Agustín Etla, Teotitlán del Valle o Tlacochahuaya.
Qué comer
Aunque en la cocina oaxaqueña hay mucha preparación laboriosa todo empieza con los mejores ingredientes: quesillo, crema, vegetales frescos, tasajo, chiles, tostadas. Todo se consigue en los mercados como el Benito Juárez y La Merced; ahí la quesería y cremería Arce y las carnicerías El Torito y El Regio son las mejores opciones. La oferta de restaurantes es inmensa y algunos muy recomendables son Zandunga, Casa Oaxaca, Los Danzantes y Criollo; para desayunar, definitivamente Boulenc. Vale la pena asomarse a los restaurantes del centro con terrazas; aunque no tengan la mejor gastronomía –a excepción de Los Amantes– uno puede acompañar un trago o botana con el atardecer. Los puestos del mercado 20 de Noviembre tienen muy buena comida a los mejores precios y para conseguir muy buen mezcal de proveedores responsables las opciones son Archivo Maguey y Cuish.
Dónde dormir
Oaxaca tiene opciones para todos los bolsillos. Desde hoteles cinco estrellas de cadenas como el Camino Real, hasta pequeños boutique con obras de arte y la mejor decoración, como el Hotel Azul. Para un presupuesto más ligero Selina es una gran opción de hostal con habitaciones individuales y área de coworking; El Diablo y la Sandía es un bed and breakfast con dos locaciones bonitas y pequeñas con atención personalizada de sus dueños y Grana, otro B&B tiene un diseño impecable en una casona hermosa del Centro Histórico. Los Airbnb son también una gran elección para estancias largas; hay de todos tamaños y para todos los presupuestos.