Sin que lo sospecháramos, Baco fue quizá nuestro compañero más fiel durante la infancia y quizá todavía lo sea. Las reglas transparentes que venían en nuestro primer juego de geometría, no sólo sirvieron para hacer la tarea de matemáticas, sino también como espadas o cortadoras de plastilina. Sus broches, por otro lado, son todo un género aparte: uno va a la papelería y pide un “broche baco” seguro de que le darán una pieza metálica para sujetar archivos. Puede que ni siquiera sea de la marca original, pero el hecho de que lo identifiquen con ese nombre ya dice demasiado.
Baco, como un espacio en la ciudad, también es una parte importante para el paisaje urbano. La vista sobre el Anillo Periférico a la altura de Observatorio no sería tan vistosa sin el letrero de luz neón que adorna la fábrica. Gracias a él sabemos que de allí sale una buena parte del material escolar y de oficina que usamos los mexicanos. El tiempo que lleva allí ese letrero es un poco incierto, pero podemos decir que la empresa lleva 77 años existiendo en la ciudad y que su fábrica es la única que existe. ¿Cuántos niños vieron ese letrero parpadeando con compases y reglas en el tráfico del Periférico?
Así nació Baco
Su creador, Horst Urich-sass, fue un migrante alemán que llegó a México para fabricar broches metálicos para archivo que, con el paso del tiempo, se convirtieron en el emblema de la marca. Como era la única compañía en América que fabricaba estos materiales, su popularidad se extendió rápidamente que comenzaron a llegarles pedidos grandes desde Estados Unidos y algunos países de Sudamérica.
Con la entrada de la industria china al mercado de las papelerías, Baco tuvo que ampliar su oferta. Además de sus famosos broches, también fabricaron compases y reglas de metal que, años más tarde, darían paso a su versión más económica hecha de plástico transparente. Esas que siempre nos compraban por ser las más aguantadoras. No importaba que muchos las rompiéramos luego de una semana de uso, siempre había compañeros que (como no las usaban de estadas) siempre las traían impecables dentro de sus mochilas.
La fábrica de Baco, única en su especie
Hoy, el catálogo de Baco ofrece cerca de 700 artículos escolares y de oficina que producen en una sola fábrica, la que está sobre anillo periférico, que, por cierto, es la única que tienen. Desde allí parten miles de útiles que se distribuyen en al menos 12 países. Además de hacer lo que ninguna otra empresa papelera del país ha podido: surten pedidos de un día para otro sin importar el trabajo.
Dentro de la fábrica hay una papelería que, claro, no podía faltar y que es un museo en sí misma. Allí los visitantes pueden encontrar ediciones descontinuadas de sus útiles escolares que poco han cambiado con el pasar de los años. Quizá lo único diferente son las envolturas y los colores de las reglas que ahora también vienen en tonos neón para cubrir con todas las tendencias y nos indican que todavía tenemos Baco para rato.
.
Más en Local.Mx
Cerillos La Central: pepita de oro en el mundo de las cosas pequeñas