Dame Zaha Hadid fue una arquitecta pionera y premiada en todo el mundo. Fue la primera en ganar el Premio Pritzker, y es que su arquitectura y diseño a todas las escalas evoca sensaciones muy especiales, fluidas. Diseño como segunda naturaleza es una muestra que presenta una retrospectiva de Zaha Hadid Architects a lo largo de 40 años y estará en el MUAC hasta el 3 de marzo de 2019.
Diseño como segunda naturaleza incluye tanto los proyectos que la arquitecta concluyó en vida, como proyectos que siguen en construcción o están en planos alrededor de todo el mundo.
Además del puro placer estético de contemplar el juego dimensional de cada objeto, en el recorrido uno experimenta una sensación de asombro frente al extenso trabajo de investigación que ZHA ha conducido en diferentes áreas. Los bocetos y simulaciones que acompañan a algunas de las piezas reflejan investigación en matemáticas, software computacional, diseño, técnicas de construcción y tecnología de materiales.
La mirada se posa, entrando a la sala, sobre las maquetas de edificios, varios de los cuales hacen pensar en alguna nave espacial imaginada por Kubrick. Aprendemos, tras leer sus descripciones, que se trata de hoteles, condominios, complejos comerciales, museos y aeropuertos, el tipo de mega-construcciones en las cuales ZHA son expertos. Resulta particularmente cautivador el Mandarin Oriental, un edificio de estilofuturista que está proyectado para el 2023 en Melbourne.
La exhibición es tan heterogénea como el legado de la misma Zaha Hadid. En realidad, las construcciones son sólo una faceta de su producción, que se desenvolvió en todas las escalas. La diseñadora experimentó, en maneras que recuerdan a Dalí, con todos los medios posibles de arte plástico para lograr sus creaciones. Hay muebles de edición limitada, zapatos, lámparas, joyería e inclusive un rallador de queso diseñado por ella.
Uno de los diseños más hipnóticos de esta exposición, que desafortunadamente sólo muestran en video, es la gama de Liquid Glacial Seating hecha para la David Gill Gallery en 2015.
Destacamos también, por su belleza, los jarrones Tau Vase y el Loa and Vesu Vase, del 2014.
Los jarrones ovalados que evocan crisálidas o flores de loto revelan que Hadid, como Gaudí, se inspiraba en patrones de la naturaleza. Esto entra en relación con la afiliación de Hadid al Parametricismo, una corriente influenciada por la biología evolutiva donde todos los elementos son mutuamente adaptables y varían paramétricamente.
La estética de Zaha Hadid
Los diseños pioneros de Zaha Hadid provocaron una revolución en la manera de concebir el manejo de la materia y su distribución en el espacio. Es decir, la arquitecta anglo-iraquí impuso nada menos que un nuevo paradigma en la arquitectura y el diseño contemporáneos.
Antes de un acercamiento racional a la estética de Hadid, lo que emana de una visión detenida de su obra es que la fluidez, el balance, la torsión y los pliegues funcionan como piezas clave en lo que podríamos llamar un quehacer escultórico. Uno puede / se siente inclinado a / imaginar a Hadid sentada en su escritorio entrelazando estos elementos como si con ellos fuera a hacer una composición orquestal.
La contemplación de una sola maqueta nos lleva a varias estaciones de percepción visual: apreciamos, por ejemplo, el volumen, y su diálogo con la curva. La superficie y sus relieves. La apariencia sideral y simultáneamente orgánica del armazón. Luego notamos el equilibrio precario que se distribuye por el envoltorio geométrico de esta pieza con una forma difícil de memorizar.
Pasando a términos más técnicos y abstractos, Hadid trabaja con el desplazamiento de planos sobrepuestos, el uso de simetrías inusuales y las superficies doblemente regladas. Esto, junto con la suavidad de los acabados y el toque singular de cada construcción, es lo que reviste a su obra de una elegancia minimalista.
La dimensión estética de los edificios se traduce, además, en una intención de contribuir al entorno social y ambiental donde, como explica la curaduría, buscan “promover la regeneración de sus contextos urbanos” y “reactivar el espacio público”. Así, los conceptos de conectividad, evolución e integración son tres guías centrales para ella.
Curaduría
En las “declaraciones arquitectónicas” de Hadid, el espacio público y el privado encuentran continuidad, se disuelven uno en el otro. Un magnífico ejemplo de esto es el desarrollo CityLife en Milán, que agrupa espacios cívicos, residenciales, zonas comerciales y oficinas corporativas. El texto de sala explica que La Torre Generali, su edificio principal, “está ubicada en la intersección de varias vialidades y, a nivel de calle, está alineada de tal manera que se integra directamente con la plaza pública circundante”.
Zaha Hadid fue una mujer fascinante y admirable. Nacida en Baghdad en 1950, Hadid estudió matemáticas en Beirut antes de mudarse a Londres para estudiar en la Architectural Association, donde después sería docente. Ha recibido numerosos premios y reconocimientos por parte de instituciones profesionales, académicas y cívicas de todo el planeta.
Tanto por el parte-aguas que representó en la historia de la arquitectura del siglo veintiuno como por la figura subversiva que fue la misma Hadid en el entorno conservador de Medio Oriente, consideramos que esta exposición merece toda la atención de una Ciudad de México que busca reconstruirse a partir de nuevos urbanismos.