En 190 metros cuadrados Fermina Gerdes puso un taller de arte (sin nombre) en el centro de la ciudad, a la altura del Zócalo. El taller está en el cuarto piso de un edificio, tiene ventanas gigantes que dejan entrar muchísima luz y un poco de ruido y aire de la calle.
Fermina nos cuenta que este taller se adapta a ti y no al contrario, y que creó este lugar por una necesidad propia. Desde muy chica ha tenido un cuarto/estudio de arte en su casa, pero ahora necesitaba un espacio más grande para seguir creando y para dar clases: quería un lugar libre, algo que pudiera ser cualquier cosa. De hecho ya hubo un concierto de música electrónica, pero durante el día –casi todos los días– es solo el taller de una artista. El taller es tan íntimo y tan de Fermina que en él están albergados sus diarios desde pequeña –hasta ahora– y sus colecciones arbitrarias.
Aunque es un taller privado, está abierto al público: hay clases de cerámica para adultos y para niños, residencias artísticas y membresías para cerámica avanzada. Las clases son de 5 horas y los paquetes de 3 clases son más baratos que las clases sueltas porque en una clase no puedes aprender del todo o crear más de una o dos piezas. Las residencias artísticas son para que extranjeros o personas con práctica avanzada tengan un espacio para trabajar e inspirarse con el lugar y utilizar sus materiales, y claro, para intercambiar aprendizaje.
Las clases de cerámica son guiadas pero eres libre de hacer handbuilding, torno o hasta puedes llevar tu propio proyecto para intervenirlo. No te tienes que preocupar por manchar el piso o las paredes, todo el espacio está hecho para que lo utilices.
Materiales
Hay muchísimos materiales que probablemente en un estudio de cerámica tradicional no hay, como moldes de Play-Doh, y lo que está muy lindo es que en este taller puedes utilizar todos los recursos a tu alcance para crear. Todo está en la experiencia del juego. Además de materiales tradicionales como cerámica, yeso, barro, tornos y un horno a alta temperatura, también hay barro-papel (paper clay), papel mache, cantera, piedra volcánica, aerosol, óleo, plumones y escurridores de pintura, pintura inflable con diamantina, tinta china, crayolas de óleo, pasteles de gis, crayones multicolores y más. Ahí mismo puedes comprar materiales para que tengas los tuyos.
La cerámica se hace con todo el cuerpo. En las mesas que mandó a hacer Fermina para el taller puedes trabajar parado para que así pongas el propio peso del cuerpo en el barro y amasarlo, cortarlo, moldearlo.
Este taller (sin nombre) es de experimentación así que cualquier material está permitido –incluso el colorante de pelo, pintura de uñas, estampas o lo que sea–. En la experiencia está la liberación y es eso mismo lo que te ayuda a materializar alguna idea o alguna pérdida. Louise Bourgeois decía que los artistas que no logran abandonar su pasado o aceptarlo se convierten en escultores.
Hace poco Fermina le hizo un altar a su conejo muerto, un trabajo íntimo, de búsqueda. Este altar fue puesto en la banqueta frente a Bikini Wax en la semana del arte, en una sede que tomó Antes de Crist0 para exponer. Aquí puedes ver más de su trabajo.
El taller ya está funcionando pero el opening será el 29 de febrero de 12 a 7 pm (entrada libre).
*En el taller no hay tienda de piezas de cerámica pero sí lugar de almacenaje para dejar las tuyas y continuarlas la siguiente clase.
**Sugerimos llevar un delantal y ropa cómoda si próximamente quieres ir a una clase.