Saliendo del metro Juanacatlán a la derecha hay un puesto de revistas color azul celeste. En la parte lateral se leen las siglas RRD, escritas en rótulo, y enseguida su logo: la imagen de Vicente Guerrero con un ojo parchado. En este puesto de revistas, que pareciera cualquier otro, se han alejado del contenido común.

En RRD se venden (e intercambian) publicaciones de artistas, poesía y de viejo; fanzines, reediciones –segundas ediciones sobre todo–, reimpresiones y copias, ephemera y hasta películas y objetos que ellos llaman “chácharas”. Todos son productos de los artistas –entre ellos los fundadores–, de editoriales emergentes o son descubrimientos de aficionados a las publicaciones.

RRD

Puedes levantar sin compromiso reimpresiones de las revistas Casper, esas que hicieron Damián Ortega, Daniel Guzmán, Gabriel Kuri y Luis Felipe Ortega en los noventas y que ahora son tan raras de ver; ediciones del ochenterísimo cómic Los Supermachos, la revista del colectivo de patinetos 1303 de As de Paz; las series Poesía y Ensayo de Editorial Mono, que remiten a nada menos que el Libro Vaquero. En fin, aquí hay todo tipo de publicaciones de arte, desde ediciones diminutas que venden en bolsas de plástico, hasta la mítica revista Poliéster. Todo a disposición del peatón. Con la confianza de levantar sin compromiso.

RRD significa “Red de reproducción y distribución”, es una plataforma de producción distribución de contenido editorial que ahora, con este puesto (pequeño pero poderoso), abren paso al intercambio entre artistas, editores y, lo más importante, con el peatón. Al ser una red abierta a nuevas cosas, el contenido no siempre es el mismo. Hay movimiento. Sus amigos y aliados pasan seguido a dejar cosas que han hecho o reimpreso. Con ellos hacen truque, reciben a concesión o préstamo: para cumplir su objetivo, que es poner al alcance al público estos objetos, la RRD no se complica mucho.

Más precisamente, el puesto lo encuentras frente al número 80 de la calle Pedro Antonio de los Santos, en el límite de la San Miguel Chapultepec, una colonia que acoge parte de la escena de arte más consolidada en México. Las publicaciones de la RRD son una imagen de lo que pasa artísticamente ahorita (y entre los más jóvenes) en la ciudad y el país. Son, de cierta forma, proyectos al límite de ese mercado de arte consolidado. La mayoría de las publicaciones son sencillas, baratas y con contenido potente. Como un fanzine real.

Un puesto de revistas y periódicos es un epicentro de la cotidianidad. Los artistas detrás de RRD son 4, y entre ellos se turnan para atender el changarro. Todos los días, después de abrir la cortina del puesto, uno de ellos barre y prepara todo el lugar; acomoda los libros y su altar de chácharas y decora con letreritos que cuelgan.

Esto es la RRD: un puesto de revistas y periódicos que es cotidianidad, pero es también impulso y movimiento. Tiene muchas propuestas, intervenciones y planes por delante. La vida de este puesto de revistas color azul celeste apenas comienza y le deseamos larga vida.