Para los nostálgicos que aman los objetos con memoria o las hojas deshidratadas de libros usados y desordenados, la Librería Jorge Cuesta es un lugar que hay que visitar. La casa está llena de objetos increíbles como máquinas de escribir, floreros de porcelana, pequeñas esculturas, mesitas de mármol, mapas, micro–archivos de fotos, cartas familiares, pinturas, posters de personajes de Hollywood, cassettes, discos y hasta algunas prendas eclécticas de ropa usada.
En la Librería Jorge Cuesta puedes husmear y perderte en los pasillos atiborrados de cosas raras. Si miras con atención, cada detalle parece multiplicarse en más objetos. A pesar de que todo está mal acomodado, la librería mantiene un carisma particular, te sientes detrás de las bambalinas de un teatro amateur atrapado en el pasado. La librerías de usado son una opción a las que los lectores recurren por gusto, pero también por necesidad, ante un mercado en el que el precio de un libro nuevo puede superar los 300 pesos.
Y nada más apropiado para esta librería de viejo que el nombre “Jorge Cuesta” porque todo allí se asoma en el drama del tiempo y en el anhelo por lo real. Jorge Cuesta fue un poeta, ensayista y editor veracruzano a quien le debemos el poema monumental “Canto a un dios mineral”. A pesar de haber fundado la revista Examen y pertenecer al colectivo Los Contemporáneos junto a Gilberto Owen, Salvador Novo, Jaime Torres Bodet y Xavier Villaurrutia en la década de 1920, Cuesta nunca publicó un libro en vida. Veinte años después de su trágica muerte que en el manicomio del doctor Lavista en Tlalpan hallaron y recuperaron sus sinfín de papeles de poemas y ensayos inéditos, y entonces lo publicaron.
La Librería Jorge Cuesta forma parte de las cinco librerías que fundó Max Ramos, el tratante mexicano de impresos antiguos, códices originales, coleccionista de objetos y amante de libros usados. La librería cumplirá ocho años desde que abrió en la calle Liverpool, entre Berlín y Bruselas, puerta con puerta de la Fundación para las Letras Mexicanas.
Dentro del caos hay joyas de libros de arte y fotografía de pasta dura junto a mapas de la República Mexicana y prendas de ropa como vestidos de lentejuelas y abrigos del pasado descansando sobre muebles y sillas de piel.
Nuestros 2 hallazgos favoritos en la Librería Jorge Cuesta fueron
1. Esta hermosa foto en blanco y negro del hermoso Café Trevi, el ícono cultural y familiar del Barrio de la Alameda en el Centro Histórico
3. Este libro en francés del poeta Jean Cocteau—una de las influencias más importantes de Cuesta y sus contemporáneos
Al subir las escaleras de la librería rechina la madera de cada escalón. Justo al fondo hay una mini exposición temporal de fotografía contemporánea instalada en las paredes, rodeada de los muebles que parecieran estar en una bodega. También, a la entrada hay una selección de publicaciones de editoriales independientes, mexicanas y del extranjero. La librería Jorge Cuesta está abierta para hacer eventos como presentaciones de libros, lecturas de poesía y pláticas. No cobran la renta del espacio, solo piden una pequeña despensa de 300 pesos para contribuir al funcionamiento de la librería. Puedes llamarlos en este número y preguntar por su calendario, o por tu fantasía literaria más anómala: 555 546 1742
[snippet id=”63914″]
.
Otras librerías de viejo que nos encantan:
La Torre de Lulio (con la colección más grande de poesía en la ciudad), abre de nuevo en un garage