Hacer collage es una forma de entendernos a nosotros mismos. Tomamos pequeños fragmentos de todo lo que nos rodea y lo condensamos en una imagen que, más o menos, define quiénes somos en ese momento. Quizá esa es la razón por la que nos gusta tanto y por la cual esta técnica ha tomado tanta relevancia como para ver nacer toda una sociedad dedicada a ella. Les presentamos la Sociedad Mexicana de Collagistas.
Desde hace 6 años, la Sociedad Mexicana de Collagistas sirve como un canal de vinculación para los artistas mexicanos que utilizan esa técnica para sus creaciones. Cada tanto tienen eventos donde seleccionan meticulosamente las piezas a exponer; así uno puede asomarse a una infinidad de ideas que van desde paisajes oníricos que plasman los pensamientos más profundos de sus creadores, hasta figuras geométricas que recuerdan los prismas macizos del brutalismo.
¿Cómo nació la Sociedad Mexicana de Collagistas?
La mente detrás de esta platafora es el collagista Antonio Fräppa, un pionero del collage pictórico, cuya obra nos recuerda ese punto de iluminación —o ruptura— en el que un artista encuentra formas novedosas para plasmar sus ideas. Para ello, Antonio retoma diferentes elementos de pinturas, imágenes y fotografías que encuentra en libros antiguos. Sabiendo que allá afuera hay muchas personas a las que le apasiona esta técnica, quiso crear un puente para acercarse a tantos collagistas como fuera posible.
Sin importar si son amateurs o profesionales, la Sociedad Mexicana de Collagistas abraza a todo aquel que quiera recortar la realidad para convertirla en algo nuevo. Lo importante de este grupo es crear una conversación alrededor de la diversidad de lenguajes que ofrece esta modalidad y los diferentes medios que existen para realizarla. Así, poco a poco, se convierte en una especie de conversatorio implicito en donde los integrantes comparten y se nutren de las técnicas e ideas de los demás.
Una sociedad en crecimiento
Al ser un espacio generoso del que cualquiera puede ser parte, lo de “mexicana” comienza a quedarse un poco atrás, pues al colectivo se han sumado Germania Cuesta de Ecuador y Ana Labenito de Colombia; quienes además de participar en las exposiciones, también se involucran en la organización. Esta es una buena señal de que el diálogo pictórico entre artistas de diferentes partes del mundo está creciendo y está atrayendo a muchos más creadores.
Como muestra de ello, podemos adelantar que entre sus próximos planes está una exposición colaborativa con la Sociedad Argentina de Collagistas, una muestra de obras de arte-correo organizada por Magui Collage (México) y Lala Noff (Argentina) que ocurrirá simultáneamente en México —específicamente específicamente en la Universidad CETYS en Mexicali— y Argentina.
Nos emociona mucho que existan colectivos como este que ponen en alto una técnica como el collage y además la convierten en un puente para crear conexiones increíbles ¡Que vivan lxs collagistxs!