Para Tania Carregha dibujar es una purga necesaria, un ritual, una pastilla ansiolítica, digamos que es su pan de cada día. Pone las emociones en papel para no tener que cargarlas dentro de ella. Es mitad proceso creativo y mitad terapéutico. A veces destruye sus dibujos cuando los termina. Su primera exposición se llama Identidad Múltiple y se presenta en el Espacio Cultural Bandini, este lugar que tanto queremos en local.mx por ser pequeño, genuino e interdisciplinario además de ofrecer deliciosos tragos y comida.
Identidad Múltiple es la manera en que Tania demuestra que el dibujo es un medio que aporta muchísima libertad, que no necesita tener una dirección concreta y que se impulsa por las simples ganas de crear. Las piezas se componen de personajes nuevos, narigones y de ojitos escrupulosos que sienten y se debaten por saber cuál será la mejor decisión a tomar en un momento específico, aunque sea insignificante; algunos de ellos son acompañados por textos, como la conversación entre un dentista que da la orden de escupir y un paciente que responde: “Tú no eres mi jefe” o por ejemplo la imagen de la ilustración en donde se ve a un hombre serio que dice: “I only like myself 70% 68% of the time” mientras de su cabeza crecen hongos silvestres a manera de pensamientos y usa un suéter que nos recuerda a la ropa de los personajes de Snoopy.
Tania está interesada en expresar la multiplicidad de la identidad humana; cuando nos presentamos ante el mundo tenemos un solo nombre y un par de etiquetas asociadas (Tania, mujer, mexicana, psicóloga).
La realidad de la psique es mucho menos unificada; dentro de cada mente vive una mirada de personajes que toman el mando de la persona en diferentes momentos. El ser está compuesto de partes racionales e impulsivas, creadoras y destructivas, autocomplacientes y autohirientes. La identidad es una colección de cientos de facetas internas que son contradictorias, pero de alguna manera logran unificarse para proyectarse ante el mundo como unidad. Así es como conceptualiza sus dibujos.
Lo que se ve en el papel en muchos casos resulta desconcertante o inquietante. Sus personajes nunca sonríen y la realidad es que busca plasmar lo patético y lo banal, no necesariamente lo positivo; es parte de la experiencia humana que la mayoría de la gente busca esconder. Cuando el artista expone esas facetas tan íntimas en un dibujo, genera una conexión privada con el espectador. En sus dibujos Tania se expone como un ser débil y falible, cuando el espectador se reconoce en el personaje puede entrar en contacto con esa parte de sí mismo.
Sus dibujos siempre han vivido en las hojas de cuadernos olvidados, entre portadas apretadas y cerradas a ojos ajenos. Ahora tienen la oportunidad de ser vistos, y en este salto logra darles la importancia que se merecen. En sus propias palabras “es aterrador volver su mundo interno en externo y permitirle a todos presenciarlo, pero la obra se hace para ser vista, para generar algo, hacer sentir, causar sonrisas de complicidad; compartirlo es culminar el proceso creativo”.
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