Un espacio arquitectónico se sintetiza en una imagen. La reconocida fotógrafa Candida Höfer aceptó viajar a México para obturar con su cámara los interiores de algunos de los edificios más emblemáticos del país. La arquitectura se plasma sin espectadores siendo el único protagonista el espacio mismo; la artista dice que en su trabajo “un visitante ausente es con frecuencia el tema de conversación”. Höfer fue alumna de Bernd y Hilla Becher, cuyas fotografías de edificios industriales son una parada obligatoria en la historia del arte.

La exposición In Mexiko: Primer acto, en la legendaria galería OMR, presenta los primeros resultados del viaje que Höfer realizó por estados como México, Jalisco, Guanajuato, Puebla y Oaxaca. Si bien las locaciones se encuentran dentro de un país, el lenguaje que la fotógrafa utiliza es el mismo que le ha dado fama: la cámara fija captura con un lente gran angular el escenario congelado, lo cual permite observar los minuciosos adornos y detalles arquitectónicos que hacen la diferencia entre cada uno de los recintos y que generalmente pasan desapercibidos ante los espectáculos que acontecen en ellos.

Candida Höfer

Candida Höfer (Eberswalde, Germany, 1944) Palacio de Bellas Artes Ciudad de México | 2015.

En la OMR apreciamos, en fotografías de gran formato, el interior del Palacio de Bellas Artes o el Edificio Basurto en la Ciudad de México; el Teatro Juárez en Guanajuato; el Teatro Degollado en Guadalajara, así como pasillos y estancias tras bambalinas de muchos otros. Aunque cada recinto tiene un estilo particular, las imágenes dan cuenta de la continua relación entre el interior y el exterior, como los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl en la cortina del teatro del Palacio de Bellas Artes, la cual fue diseñada por la marca americana Tiffany.

Al cuestionar a la fotógrafa sobre el punto de vista desde el cual trabaja, haciéndola escoger entre la objetividad y la subjetividad, contesta simplemente que ella hace lo que quiere. Si bien hay decisiones constantes en la forma de tomar las fotografías, también es cierto que cada recinto habla no sólo de el plan arquitectónico que le dio vida, sino de sus huellas, sus desgastes, sus modificaciones: una historia que sólo depende del uso colectivo que se le da a cada lugar.

Un aspecto interesante en las piezas es que los recintos aparecen con las luces encendidas, como si la iluminación fuera el umbral que nos permite admirar lo que hay ahí. Höfer sólo se vale de ese tipo de luz y de la natural para construir sus imágenes. Patricia Ortiz Monasterio, la directora del proyecto, cuenta que había veces en que debían esperar a que pasara una nube para que la fotógrafa tuviera la iluminación idónea, pues una imagen también es una forma de vivir el tiempo.

In Mexiko: Primer acto nos recuerda la importancia de la construcción de espacios públicos encargados de resguardar una identidad en constante cambio, ¿qué sucede con ellos hoy en día? Al mismo tiempo, nos ofrece una mirada singular, la de la fotografía, la cual más que buscar una semejanza, presenta un modo específico de ver el mundo. A final de cuentas los teatros, bibliotecas, palacios e iglesias están ahí, pero cada cual depende de la forma en que nos aproximamos a ellos.

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