Cada diciembre, en el número 86 del tramo Playa Villa del Mar del Eje 5 Sur, una familia abre las puertas de su zaguán. Adentro hay un Nacimiento que es todo un mundo y es espectacular. Hay casas de madera y cartón, follaje de musgo y heno, ríos que corren y puentes que cuelgan. Hay cientos de figurillas de pastores, animales, reyes y ángeles que entre lucecitas de navidad corren presurosos para presenciar el nacimiento de Jesús. Es el Nacimiento más grande de la ciudad de México y cualquiera puede ir a verlo completamente gratis.
La iniciativa de hacer este nacimiento en la cochera fue de los papás de la señora Conchita Ontiveros, quien hoy lo prepara puntualmente desde mediados de noviembre para que el primer domingo de diciembre esté todo listo. Con más de 50 años de esta tradición, la colección de figuras y la complejidad de la escenografía ha crecido tanto que ahora se ponen puestos ambulantes de comida y juegos de feria sobre la banqueta. Todos los encargados de los puestos ambulantes vigilan la seguridad del evento porque cientos de personas lo visitan. El nacimiento inspiró un pequeño carnaval a su alrededor.
Y es que el nivel de dedicación es ejemplar. El río que baja lleva agua de verdad y dentro nadan algunos patos de arcilla. Los campesinos en los huertos cultivan vegetales diminutos y los pastores guían a sus rebaños por los campos de musgo. Los Reyes Magos, por su parte, montan sus animales exóticos esmaltados y los ángeles cuelgan desde el techo para anunciar la llegada del niño Jesús que yace en un pesebre junto a María y José.
La historia de la natividad, relatada primero en el “Evangelio de Mateo” en el Nuevo testamento, habla también de la hospitalidad. Por supuesto las puertas abiertas de esta casa refrendan la idea de una posada. Aquí, en la colonia Militar Marte en Iztacalco se vive el nacimiento.
El nacimiento se retira el 7 de enero.
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