Ahorita, entrar en la sala de exhibiciones en el MAM es como pasear por México en la segunda mitad del siglo pasado. Hasta el 8 de septiembre hay 143 fotos de Antonio Caballero que capturan el pasado político, social y cultural del país de 1953-1985. De cierta forma, al recopilar las diversas facetas que daban vida a la ciudad, Caballero reconstruye casi 20 años de historia mexicana en un espacio de pocos metros cuadrados.

antonio caballero

Caballero fue un fotoreportero mexicano que nació en 1940. Comenzó como un reportero gráfico en semanarios como Guerra al Crimen y trabajó con estrellas mexicanas como Begoña Palacios, ayudando a crear la imagen de su fama. Caballero es sin duda uno de los grandes narradores visuales de México.

Más que un fotógrafo, lo que más nos atrae de su trabajo es su “labor narrativa”. Sus fotos no solo transmiten el pasado estético de la ciudad, sino los sentimientos y lo que eran las vidas diarias de algunos mexicanos. Con solo un close-up de, por ejemplo, un campesino o una estrella mexicana, Caballero muestra un pasado emocional e individual de todo el pueblo mexicano.

antonio caballero mam

Recorrer los pasillos de la exhibición es casi como caminar en tu vecindario: lleno de caras, eventos y noticias que crean un sentimiento de nostalgia. Desde sus retratos de políticos y estrellas de cine hasta sus fotos de la arquitectura y diseño, Caballero deja muy claro lo que era vivir en la ciudad en aquel entonces. A pesar de no usar color y estar limitado a “una dimensión” (la del papel), casi se puede oír, oler y sentir la escena y el lugar visto en las fotos.

antonio caballero caballero en el mam

Las fotonovelas de Antonio Caballero

A Caballero le llaman “el padre de la fotonovela” (como una telenovela pero en papel) porque creó más de 500 de ellas, y muchas se pueden ver en el MAM. Esta es quizás la parte más vibrante de la exposición, porque casi todo lo demás es blanco y negro, y esto parece technicolor.

fotonovelas

antonio caballero fotonovelas

También están en exhibición algunas de las cámaras que usó para tomar sus fotos, y digamos que al compararlas con los teléfonos que usamos para tomar selfies, lo que llamamos “tomar fotos” parece bastante ridículo.

La exposición no es solo para los que aprecian una buena foto o una cámara vieja. Las piezas de Caballero son relevantes para cualquiera que quiera entender mejor lo que significa pertenecer a este país.

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