En la casa que está en San Francisco 521 en la Del Valle, abrieron El Desastre, un espacio muy tranquilo para trabajar o encontrarse con alguien, tomar café y ver o comprar libros. En su terraza hay banquitas y mesas para sentarse, a gusto, entre helechos y árboles que delinean sombras en el piso y permiten al aire pasar.
Además de su ambiente tan fresco, El Desastre tiene un catálogo bien cuidado de libros que reposan en sus estantes; la mayoría de editoriales independientes, que nos dejan claro que en este momento, en este país, la literatura respira fuerte (y hace ruidos).
Entre otras, El Desastre está habitado por las editoriales Antílope, Alias, Sexto Piso, Antílope, Era, Virus, Caja Negra, Periférica, Paraíso… Editoriales bien hechas con libros con libros que desde sus estantes nos miran con los ojos de quien promete felicidad.
Librería en librerías
Pero en El Desastre no solo viven editoriales sino, también, otras librerías. Allí dentro tienen sus propios estantes, como diminutas sucursales, la librería sureña Rinoceronte y La Murciélaga, una de nuestras preferida. Cada mes, estas arman sus colecciones, a partir de un tema: el mes de apertura se trató del “desastre (natural, metafórico, etc) y este mes es de libros esotéricos, a petición de los clientes que llegan preguntando por estos temas oscuros.
Además, acabamos de ver en sus redes sociales, que La Pirateca, puso una alcancía para quien quiera apoyar la causa. Para quienes no saben, La Pirateca es una plataforma que expropia libros y los libera. Es decir, que escanea libros y los sube para que nosotros podamos leerlos o consultarlos libremente en internet. (Nosotros y, sobre todo los que no tienen acceso a buenas librerías en ciudades fuera de esta ciudad).
Café
El centro del espacio es una barra de café, donde uno puede ordenar una taza de capuchino, latte o americano rico o un carajillo (<3) o una selección de tés. También tienen postres y muy pronto tendrán comida salada. Pensando (nosotros intuímos) en quienes van a hacer home office a sus mesitas.
Porque El Desastre también está pensado como un espacio para sentarse a trabajar. Por eso tienen una barrita y varias mesas amplias en todo el espacio, con ventanas que ventilan muy bien, o en su patio o incluso balcón. Así que para quienes ya de pronto se cansan de trabajar en casa, esta es una gran opción.
“Encuentros entre escritores y no escritores”
Así dicen ellos mismos. Alonso, uno de sus creadores, nos cuenta que él creía firmemente que con un espacio físico basta para que surgan cosas nuevas alrededor de los libros, el cine, el arte. La cultura. Por ello hay un salón en el segundo piso que está pensado para dar talleres, cursos, presentaciones de libros, lecturas y todo eso. Ya tuvieron su primera exposición, aunque, más que una gestión del espacio muy precisa, las cosas que han ido surgiendo. Entre ellas una lectura en altavoz desde su balcón (en el segundo pis).
Dice Alonso también que los encuentros que han sucedido, aun con las formas de la pandemia, confirman la teoría de que con un espacio físico pueden surgir muchas otras cosas. Agradables desastres.
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San Francisco 521, Del Valle.
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