Fotos Pablo Diego
La ciudad cambia según el lente con el que la miramos. Si nos fijamos en colores, en específico un rojo carmesí, nuestra mirada se despierta hacia lo intenso pero reconfortante. Lejos inquietante del rojo sangre, cerca de los tonos púrpuras de ciertos atardeceres en la Ciudad de México. Como cada año, Pantone anunció su color del año, este 2023 el seleccionado fue “Viva Magenta”, un rojo con tonos azules y rosas.
Su origen está en la grana cochinilla, pigmento que desde tiempos prehispánicos se extrae del insecto parasitario del nopal. La también llamada nocheztli “sangre de tuna”, tiene un color carmín inigualable que es de los más fuertes y brillantes de la familia de los colorantes naturales. Desde que lo vimos nos pareció uno de los colores clave de nuestra ciudad.
Así que salimos a las calles en busca del PANTONE 18-1750 con la guía de Pablo Diego, fotógrafo que se especializa en documentar las calles de la Ciudad de México y que a nuestros ojos propone una de las formas más estéticas de ver la ciudad.
¿Qué es eso del color del año? El Pantone Color Institute reúne a un comité de expertos en diseño que observan a detalle movimientos de arte, política, ecología y otros temas relevantes para proponer una tendencia en cuanto a paletas cromáticas. Si bien Viva Magenta, marcó el 2023, la Ciudad de México ya estaba preparada para este momento desde hace años.
El Centro Histórico, por momentos parece salpicado por una copa de vino tinto inabarcable. Hay dejos carmín en pedazos de los muros de la catedral, sombrillas, techos o en la adorable capilla de la Santísima Concepción, un templo barroco del siglo XVII chiquitito que se encuentra en la plaza Tlaxcoaque. Un poquito más lejos, se dejan ver tonos rojizos en el enigmático kiosko morisco en Santa María la Rivera, y en un bocho averiado en la Condesa. Siempre se aparece, a veces en cajas, en la falda de una mujer que cruza por las calles o en una blusa debajo de un rosario.