La galería Picci Fine Arts presenta Daniel Hourdé: De Paris à Mexico, una exposición que refleja los temas de la caducidad y la esperanza humana. Esta es la primera exposición individual de Daniel Hourdé en su espacio en Ciudad de México, un esfuerzo que refleja más de veinte años de colaboración entre el renombrado artista francés y Pichi Aguilar, director de la galería. En Daniel Hourdé: De Paris à Mexico, los visitantes podrán explorar 24 piezas que incluyen esculturas en bronce, dibujos a carboncillo y mobiliario de lujo diseñado por el artista. A través de estas obras, Hourdé desarrolla una “estética del doblaje,” que aborda la fragilidad y complejidad humana mediante la duplicación y la fragmentación del cuerpo humano.

En el trabajo de Hourdé, la expresión inconsciente no puede reducirse a una gama de temas autobiográficos, citas de obras de arte o episodios históricos, ni siquiera menos a reflexiones teológicas o filosóficas. Si todos estos aspectos están presentes, no determinan el curso narrativo ni ofrecen las claves para un código representativo. La expresión auténtica del inconsciente se encuentra en los contornos de la vida humana, en sus innumerables aspectos y manifestaciones. Este lenguaje expresivo está arraigado en una estética del doblaje, una indicación significativa del propio artista, y es el resultado de una afinidad elegida por los efectos de la división y la escisión, la duplicación del hombre y sus movimientos.

Platicamos con el artista su proceso creativo, el proceso el tiempo en su narrativa artística y su obra.

La caducidad y la esperanza parecen ser ejes recurrentes en tu obra. ¿Qué motiva esta dualidad y cómo crees que resuena con el espectador mexicano?

En efecto, es un tema recurrente. Pienso que son temas esenciales para cada uno. El espectador mexicano es particularmente receptivo a este mensaje porque en el arte mexicano, que sea prehispánico, hispánico o actual esta omnipresente.

¿Crees que la cultura mexicana, con su relación tan particular con la muerte, ofrece una lectura distinta a tu obra?

La percepción de la muerte en México es muy singular.  Ya lo decía Octavio Paz en El Laberinto de la Soledad: “El mexicano, en cambio, la frecuenta, la burla, la acaricia, duerme con ella, la festeja, es uno de sus juguetes favoritos y su amor más permanente. Cierto, en su actitud hay quizá tanto miedo como en la de otros; más al menos no se esconde ni la esconde; la contempla cara a cara con impaciencia, desdén o ironía”.

En México, la muerte aparece alegre. Yo me identifico plenamente con esta percepción. Por este motivo mis obras se integran completamente con esta cultura.

Tu “estética del doblaje” propone una visión fragmentada del cuerpo humano. ¿Es esta fragmentación una crítica, una reflexión o una celebración de nuestra humanidad?

No se trata de una crítica, la búsqueda del doblaje es la búsqueda imposible de verse o percibirse como si se tratara de otro. Es una llamada de ayuda.

El espejo es un elemento recurrente en tu trabajo, como en Oh, mon beau miroir, tu es ma croix. ¿Qué representa este objeto en tu narrativa artística y cómo crees que impacta al espectador al reflejarlo dentro de tu obra?

El espejo es el instrumento del narcicismo, la imagen de sí mismo implica une exigencia obsesionante, una especie de sacerdocio, una cruz.

En mi obra “Espejo esqueleto” dos esqueletos os invitan a entrar, a atravesarlo como en la obra de Jean Cocteau, “Orfeo”, donde el espejo es la puerta de la muerte.  El espejo es el testigo del paso del tiempo a través del deterioro de la propia imagen. La noción del tiempo y de lo efímero está presente una vez más.

¿Has escuchado sobre el “Mirror work” y “mirror affirmations”? ¿Lo has practicado? Y de ser así, cuál es tu experiencia con este tipo de trabajo personal.

Conozco esta técnica, pero no la utilizo, al menos no de manera consciente.

Mencionaste que tu interés por el cuerpo tiene raíces en el arte cristiano del siglo XVI flamenco. ¿Cómo traduces esa estética histórica a un contexto contemporáneo? ¿Hay alguna conexión entre esta influencia y la relación simbólica que estableces entre los esqueletos y los cuerpos humanos?

Existen similitudes entre mi trabajo y la pintura del XVI siglo. Ciertos enfoques del dibujo trascienden las épocas. También constato que en todas las épocas los pintores y escultores han estado fascinados por los desollados.

¿Qué papel juega el concepto de tiempo en tu narrativa artística?

La noción del tiempo esta corroborada por el movimiento y conjurada por el material utilizado: el bronce. Evoco la fragilidad de mis personajes a través de la inestabilidad, pero los realizo en un material particularmente durable.

¿Cómo te relacionas personalmente con la idea de “lo efímero” y cómo se manifiesta en tu obra?

Lo efímero es una obsesión para mi. Mis personajes son seres en desequilibrio al borde la ruptura.

Tus esculturas, como tus muebles, parecen borrar las fronteras entre lo utilitario y lo artístico. ¿Qué te atrae de este cruce y cómo lo integras en tu proceso creativo?

No tengo mucho sentido practico, sería incapaz de crear algo puramente utilitario. Incluso cuando creo muebles, me dejo desbordar por las ideas, la estética y mis obsesiones.

 Por útimo ¿Sientes que De Paris à Mexico representa una culminación de tus exploraciones temáticas o es un punto de partida hacia algo nuevo?

Siento que es mas bien un punto de partida hacia algo nuevo; cada gran exposición me ha enriquecido y me ha dado nuevas ideas. Sobre todo, en otro continente.

Daniel Hourdé: De Paris à Mexico
30 enero a 1ero marzo
Alpes 700A, Lomas de Chapultepec