En el complejo sistema de la física existe la luz. Su definición nos es (a la mayoría de los mortales) inaccesible y, sin embargo, su presencia diaria, esencial. El reservado mundo de la ciencia tiene sus resquicios, por los cuales uno accede brevemente a una versión amable de los misterios del universo. El Museo de la Luz es una de esas rendijas por las que escapa, literal y figuradamente, luz sobre la ciencia. El Museo tiene 5 salas dedicadas a explicar la naturaleza de la luz y sus enigmas, además de talleres, conferencias y ciclos de cine científico.
Para cualquier entusiasta del Universo el Museo de la Luz es visita obligada. El patio chico del Antiguo Colegio de San Ildefonso es el hogar actual del Museo, y la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, la encargada de su funcionamiento. El mural de las escaleras fue pintado por Siqueiros, y en sus tres pisos, cada sala alberga más de un experimento.
Las salas
La luz es la parte de la radiación electromagnética que los humanos somos capaces de percibir. En sí misma, la declaración es inaccesible. Como cualquier fenómeno físico, la mejor manera de entender (aunque sea en breves fracciones) su naturaleza, es percibirla. El Museo de la Luz se divide en cinco salas dedicadas, precisamente, a eso.
– Naturaleza de la luz: qué es la luz, cómo se origina, qué pasa cuando entra en contacto con la materia.
– La luz de las estrellas: la explicación de cómo la luz que irradian las estrella nos permite conocerlas. Su composición química, su temperatura, su edad…
– Un mundo de colores: los colores y la luz de los diferentes pigmentos
– La luz y la biosfera: su importancia para el origen, desarrollo y sustento de la vida.
– La visión: cómo funcionan los ojos, además de algunos retos para poner a prueba la visión con ilusiones ópticas. En esta sala está el Gabinete del Optometrista. Aquí los visitantes pueden reservar sin costo, un examen optométrico completo con expertos.
Los talleres
Todos los días personal del Museo imparte talleres que cuestan entre $15 y $45 pesos. Los hay para niños y adultos; para aprender los principios de la Fotografía, hacer un caleidoscopio, un disco de Newton o reproducir un vitral con pequeñas micas o acetatos.
Además, están los más especiales, como el curso de fotografía científica (9 al 14 de noviembre), el de revelado e impresión (10 de noviembre al 15 de diciembre) o el Cine Club. Para conocer la lista completa de actividades puedes visitar éste enlace.
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Hablar de la luz es tan largo como complejo. Sabios de todas las épocas han tratado de responder esos enigmas. Lepucio (450 a. C.) decía que los objetos desprendían halos oscuros que pasaban al alma para convertirse en imágenes; los pitagóricos (400 a.C) suponían que los ojos palpaban los objetos cual tentáculos, para adivinar su color y dimensiones; los griegos creían que un objeto emanaba una luz sutil, que viajaba al ojo para permitirle ver…
En el pequeño resquicio que nos permite la ciencia con sus museos, la idea no es responder, sino seguir preguntando. Para ello, el Museo de la Luz está repleto de excusas perfectas para no dejar de hacerlo.
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