En diciembre 2022 se retiraron las últimas unidades de color verde del Trolebús y que durante 25 años transportaron a miles de personas en CDMX – concluyendo así un capítulo más en la historia de la movilidad pública en la ciudad. Apelando a la carta de la nostalgia, repasemos la historia de éste y otros modelos que han configurado al Trolebús en la gran ciudad.
Estas distintivas unidades verdes eran el modelo de fabricación japonesa, MASA Mitsubishi Series 9700 y 9800, y fueron retiradas por mandato del Servicio de Transportes Eléctricos (STE) para dar paso a los nuevos trolebús de color azul que hoy usamos.
La historia del trolebús está íntimamente ligada a la del tranvía que, a mediados del siglo XIX, se convirtió en el principal medio de transporte en la capital. Al principio, utilizaba un método de tracción tirado por mulas y caballos, lo que le valió el dramático sobrenombre de “trenes de sangre”.
Más tarde, con la llegada de la electricidad, el sistema se modernizó y el 15 de enero de 1900 se inauguró la primera línea del tranvía eléctrico que corría del Zócalo a Tacubaya, con modelos estadounidenses marca Brill. Más tarde, llegó el imponente PPC que, con ciertas modificaciones, logró operar hasta los años ochenta.
Durante casi 5 décadas, el reinado del tranvía eléctrico fue cuasi omnipotente, dando lugar a una sólida fuerza sindical por parte de los tranviarios. Esta autonomía, por supuesto, no fue bien recibida y, en años subsecuentes, el gobierno privilegió la construcción de vías rápidas y vehículos que las recorrieran. Para 1950, se estimaba que el 80% de la ciudadanía se movía en ruedas y el 20% restante por vías anticuadas. En 1953 llegó la estocada final, cuando ocurrió “el peor accidente en el transporte de la Ciudad de México”. Dos tranvías de la línea de La Venta chocaron de frente, dejando un saldo de 63 personas muertas. Y fue así que el clásico tranvía capitalino conoció el ocaso.
Una vez establecido el STE, arrancó la renovación del parqué vehicular con la compra de los primeros 20 trolebuses marca Westram. Fueron traídos desde Nueva York y ensamblados en los antiguos talleres de Indianilla, ubicados en lo que ahora es la Colonia Doctores. Iniciaron operaciones el 9 de marzo de 1951 en la primera línea del trolebús, de Tacuba a la Calzada de Tlalpan.
En poco tiempo, el sistema exhibió múltiples ventajas con respecto a su antecesor: mayor libertad de movimiento (ya que prescindía de las vías férreas), y neumáticos que lo hacían un transporte rápido, silencioso y confiable. De 1950 a 1960 se adquirieron diferentes ejemplares extranjeros, incluyendo los Alfa Romeo y Casaro de Italia; el Marmon Herrington, Brill Americano, Pullman Standard y Saint Louis de Estados Unidos y el Brill Canadiense.
En el transcurso de la década de los 70 solo se rehabilitaron las unidades ya existentes (principalmente porque la atención estaba puesta en la construcción del Metro) pero, en 1980, se marcó un precedente cuando se echaron a andar los primeros 10 trolebuses de fabricación nacional en Eje Vial Lázaro Cárdenas, actualmente conocido como el Corredor Cero Emisiones.
La empresa constructora fue Mexicana de Autobuses S.A. (MASA) -hoy Volvo Buses de México- que, en 15 años, ensambló 420 unidades, introduciendo los modelos articulados. Para 1986, el STE tenía una flota de 1045 vehículos, de los cuales solo 700 prestaban servicio. También en ese año se abrió la primera etapa del tren ligero, de Taxqueña al Estadio Azteca, adaptando los antiguos tranvías PPC.
Ya en el último tramo del siglo pasado, el trolebús volvió a incorporar nuevas unidades siendo los MASA-Kiepe serie 7000 una auténtica rareza, pues solo se fabricaron 15. A ellos se sumaron los New Flyer Series 3200 (adaptados para dar servicio a personas con discapacidad y de la tercera edad) y los ya mencionados Mitsubishi Series 9700 y 9800. Estos últimos, fueron una cooperación entre Mitsubishi Electric Co. (fabricante del sistema de tracción frenado) y MASA, que se encargó de la carrocería.
No fue sino hasta el 2022 que la administración actual designó presupuesto para la rehabilitación del Trolebús. Se destinaron $750 mdpp para la adquisición de nuevos vehículos, todos ellos de procedencia china marca Yutong. Hasta el periodo anterior se habían comprado 318 unidades y la meta es que, para finales del 2023, estén en circulación 500, eliminando así todo vestigio del inventario anterior. Estos nuevos modelos barrieron con el distintivo verde y se instalaron en un profundo azul rey, nunca antes visto en el transporte público. ¿Cuál será entonces el próximo color? Con un poco de suerte, lo averiguaremos dentro de otros 25 años.