El tlacuache es una de las ocho especies de marsupial (como el canguro) que viven en México. Del náhuatl tlacuatzin, significa “el pequeño que come fuego”. La vieja leyenda mesoamericana cuenta que fue éste el que llevó el fuego al hombre cuando era exclusivo de los dioses. El tlacuache de la hoguera robó una brasa, la llevó en su marsupio y se la dio a los hombres. Durante la hazaña se quemó la cola. Este pequeño animal es el Prometeo mexicano.

tlacuache

A menudo los tlacuaches son confundidos con ratas, pero en realidad son muy distintos. Para empezar son marsupiales, como el koala o el canguro, pues tienen un marsupio, la bolsita en su vientre: ya que su período de gestación es muy corto, los bebés nacen en estado embrionario y terminan su desarrollo allí o en el lomo, donde los cargan. En las noches de los meses de gestación es posible encontrar a las hembras cargando a sus bebés en la espalda.

tlacuache

El tlacuache es fuerte y más grande que una rata. Tiene la cara puntiaguda y orejas redondas. Su pelo es largo y sus puntas son blancas. La cola, que es lo más impresionante, es muy larga, pelona y escamosa. Es prensil, es decir que sirve para sujetar, ya sea sujetarse de los árboles o las hembras a sus hijos. Son animales familiares: sus madrigueras, que las encuentran entre las rocas del Pedregal, las usan exclusivamente para una familia.

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Cuando ven peligro cerca, cuando se enfrentan a un depredador, el tlacuache finge su muerte. Se le llama tanatosis y quiere decir que se hace el muerto y hasta suelta un olor fuerte. Lo cierto es que este animal, por mucho tiempo detestado, no es muy ágil y tiene dificultades para ver. Como el cacomixtle, el medio felino que merodea las noches del Pedregal, es tímido y sale apenas en las noches en busca de comida. Es omnívoro, tiene dientes filosos y come frutas, desperdicio y en algunos casos animales como gallinas. Pero sobre todo come desperdicios de los alumnos de CU o habitantes de las zonas residenciales.

¿Qué hacer si encuentras uno?

Por lo mismo que son confundidos con ratas, mucha gente les teme y los mata. Aunque esta especie no está en peligro de extinción, su conservación y abundancia es muy importante para el ecosistema del Pedregal. La REPSA nos explica qué hacer si te encuentras uno de ellos:  si lo encuentras durante la noche no lo debes molestar, ni acercársele, porque se estresa. De hecho, cuando se asustan babean mucho, y esto indica que nuestra presencia los está incomodando. Si lo encuentras durante el día puede ser que haya un problema: puede estar hambriento, atrapado, enfermo o herido.

Repórtalo a la Secretaría Ejecutiva de la Reserva (Tels. 56-22-52-04 y 56-22-52-18). Podrás identificarlos porque el macho tiene visible el escroto y la hembra un marsupio, la bolsa en su vientre donde llevan a sus crías.

Si lo encuentras muerto, asegúrate de que realmente esté muerto, pues las hembras muertas pueden tener crías vivas en su marsupio. Sin embargo, tampoco te acerques: comunícate con la Secretaría Ejecutiva de la REPSA para que notifiquen el cadáver y las personas indicadas tomen las medidas necesarias.

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