Mano de gato es un proyecto que rescata animales en situaciones de violencia, de crueldad y de calle. Existe hace seis años gracias a Giovanna León y tres de sus mejores amigas.

Antes de fundar Mano de gato, Giovanna y sus amigas trabajaban en diferentes organizaciones rescatistas de animales, y se conocieron allí. Nunca estuvieron de acuerdo en que, por ejemplo, se confinara a los animales en “albergues” mientras les encontraban un hogar. Por eso decidieron juntarse e iniciar un proyecto propio tomando lo que sí les gustaba de las organizaciones. Así, aunque Mano de gato existe desde hace 6 años, las fundadoras llevan 15 años desde que comenzaron a rescatar animales de la calle. Son un equipo pequeño pero extremadamente comprometido con su misión.

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El proceso de rescate

Mano de gato busca cumplir dos objetivos paralelos. Primero, rescatar a los animales del maltrato o de la calle y supervisar su rehabilitación, tanto física como emocional. Segundo, tras cuidar y conocer al animal, encuentran el hogar ideal dónde darlo en adopción.

Rehabilitación

El proceso de rehabilitación completa, nos cuenta Giovanna, suele ser largo y complejo porque el 100% de los animales que encuentran tiene algún problema de salud.

Al mínimo, la rehabilitación física involucra un servicio de salud básico que consiste en desparasitar, vacunar y esterilizar a los animales. Si, además, el animal tiene alguna infección o herida grave, la recuperación física es más larga y requiere de una atención especial por parte de los voluntarios y voluntarias en Mano de gato.

México ocupa el primer lugar en maltrato animal en toda Latinoamérica. Con un panorama como éste, no es extraño que Mano de gato haya encontrado animales quemados y fracturados, que para restablecerse han requerido de un seguimiento minucioso antes, durante y después de cirugía.

Para la rehabilitación emocional, los voluntarios se llevan a los animales a sus propias casas. Mano de gato no tiene albergue porque son los mismos voluntarios quienes se encargan de que, mediante un proceso paulatino, los animales vuelvan a confiar en los humanos y se sientan cómodos a su alrededor. El 90% de los animales que llegan con ellos no confían en los humanos y no se dejan tocar porque, probablemente, fueron víctimas de alguna clase de abuso o maltrato.

El proceso de traer al animal a la casa, darle cariño e integrarlo como miembro de la familia es muy benéfico para un animal que previamente estuvo expuesto a un trato violento. La rapidez con que un animal responde a los acercamientos de los voluntarios depende de la situación de la que fue rescatado. Los perros tienden a confiar más rápido que los gatos pero, gracias a la paciencia y experiencia de los voluntarios, todos terminan por cambiar sus patrones de comportamiento. En este trabajo de conocer a cada animal y darle un nombre, los voluntarios logran también identificar las afinidades de cada animal. Descubren, por ejemplo, si un gato se lleva bien con otros gatos, si es un gato que además puede convivir con perros, si le gustan los niños o si le molesta el ruido. Con este conocimiento de sus interacciones, los cuidadores pueden predecir cuál sería el hogar más adecuado para ese animal.

Adopción

La segunda parte del proceso es, una vez que el animal ya está sano y contento, comenzar la difusión en redes sociales para encontrarle el hogar idóneo / perfecto.

Giovanna enfatiza que en Mano de gato no cierran ninguna adopción hasta estar seguras de que los animales van a estar con las personas adecuadas. Así se cercioran de que no volverán a sufrir ningún tipo de maltrato.

Actualmente, Mano de gato rescata cerca de 300 animales por año. Esta cifra depende de sus posibilidades económicas y de cuánto tiempo disponen para hacer esta labor voluntaria, factores que varían año con año.

Casi siempre rescatan perros y gatos, pero también han salvado aves, conejos, iguanas, tortugas y, alguna vez, un zorro. Se encargan de ellos hasta que estén listos para ser adoptados o, en casos donde el animal tiene su propio hábitat y no puede regresar, lo trasladan a un santuario.

Educación

Otra faceta de Mano de gato es su trabajo de concientización sobre la problemática más general que hay con todos los demás animales, no sólo perros y gatos. El mensaje principal que buscan difundir es que muchas veces el consumo de ciertos productos o la participación en ciertos eventos genera explotación de los animales y crueldad hacia ellos. Por ejemplo, hablan sobre el trato injusto, violento y/o denigrante que suelen sufrir los animales en el circo, o en la tauromaquia.

En términos más amplios, Mano de gato se proclama ‘anti-especista’; es decir, defiende una visión que no imponga jerarquías entre especies. Esta postura promueve una forma de vida donde a través de cada una de nuestras acciones, incluyendo nuestra dieta, procuremos hacer el menor daño posible a los animales.

Llevan a cabo esta labor educativa via internet con una newsletter, a través de redes sociales y dando conferencias en espacios como escuelas, universidades y empresas.

Cómo apoyarlos

Como Mano de gato es organización sin fines de lucro, todo el dinero que utilizan tanto para conferencias como para los gastos veterinarios (desde comida y arena para gatos hasta medicamentos y cirugías) lo costean los voluntarios. “Por eso somos pobres,” dice Giovanna riendo, y agrega “pero lo vale completamente”.

Hay varias maneras en que las personas en la Ciudad de México podemos apoyar a Mano de gato:

a) Adopta

b) Presta tu casa como hogar temporal

c) Apadrina a un animal con algún donativo económico

Aunque uno no pueda recibir a algún animal en su casa, el apadrinarlo permite a Mano de gato pagar sus gastos veterinarios, vacunas, parte de una cirugía u otros cuidados que necesite.

Mano de gato presta un servicio enorme y voluntario a los animales abandonados en la ciudad tanto como a las comunidades donde están vagando. Es importante mantener vivos a proyectos tan admirables como éste y, para ello, los instamos a empezar por seguirlos en redes sociales y difundir sus anuncios de adopción.