Este año, marzo trajo consigo el comienzo de las lluvias, pero sobretodo, el color lila de las jacarandas que no podemos dejar de admirar. Con este florecimiento primaveral, notamos un pequeño tesoro: las sakuras o flores de cerezo japonesas que están comenzando a brotar en una fila de árboles en el Parque Bicentenario.
La sakura o cerezo en flor japonés es uno de los símbolos más conocidos de la cultura japonesa, y uno que no es muy posible ver en la ciudad porque se requiere de un cambio mucho más brusco de temperatura entre el invierno y la primavera.
De acuerdo con el Instituto Cultural Mexicano Japonés, en la CDMX hubo un intento para plantar miles de árboles de cerezo, durante el mandato de Pascual Ortíz Rubio, el cual “solicitó al gobierno japonés la donación de ese tipo de árboles para colocarlos en las avenidas principales de la ciudad como símbolo de amistad entre ambos pueblos”. Al no tener el clima idóneo, la idea se desechó. Tiempo después, Tatsugoro Matsumoto, un emigrante japonés residiendo en México, sugirió a Álvaro Obregón que las jacarandas fueran plantadas en las principales avenidas de la ciudad.
Tatsuro Matsumoto en su invernadero en la colonia Roma.
Sin embargo, durante nuestra reciente visita al orquidario del Parque Bicentenario, pudimos notar más de 10 árboles de cerezo comenzando a florecer, rodeando un camino del enorme espacio natural ubicado en el límite entre la Alcaldía Miguel Hidalgo y la Alcaldía Azcapotzalco.
En una semanas más, estas sakuras llegarán a su mejor momento y podremos disfrutar de un pequeño hanami, la tradición japonesa de observar la belleza de las flores.