Algunos de los recuerdos de la infancia que muchos de nosotros compartimos tienen que ver de alguna forma con los dulces: formarnos en la cooperativa de la escuela durante el recreo; salir corriendo después de la primaria para comprar algún dulce en los puestos de afuera o los domingos ir a la tiendita. Aunque muchos de los dulces clásicos que conocíamos hoy ya no existen, otros se han modernizado y cambiado sus fórmulas o su empaque.
Los dulces en México son parte importante de su tradición gastronómica, pues si bien la confitería fue introducida por los españoles durante la época colonial, en México se crearon sabores únicos ya que ingredientes como el chocolate o el amaranto eran desconocidos para los europeos, así los jamoncillos de pepita, tamarindos, mazapanes, alegrías, entre muchos otros se convirtieron en nuestros dulces típicos, sin embargo, con el paso de los siglos la industria dulcera se ha modernizado en sus procesos e ingredientes y con ello los dulces.
Algunas de las fábricas de dulces y chocolates más importantes de la ciudad fueron La Cubana, fábrica de dulces y chocolates, que además también era imprenta y litográfica, constituida en 1872 en La Merced.
El chamoy Miguelito creado en 1971; los dulces Sonrics cuya producción comenzó en 1991; los clásicos caramelos con una pasita al interior o las pasitas con chocolate de Laposse que existen desde los años 50.
La primera fábrica de Ricolino que en los años 70 se encontraba en la colonia Guerrero y que nos dio la famosa Paleta Payaso o La Giralda en la Delegación Iztapalapa en donde se producen los corazoncitos de azúcar que se encontraban en todas las maquinitas de 1 peso. Fuimos al mercado y encontramos algunos de los dulces retro que todavía, a pesar de los cambios, se mantienen en el gusto de lxs capitalinxs.