La mujer dormida es una de las montañas más difíciles de subir para los montañistas. El clima está lleno de caprichos y el terreno cambia con la altura varias veces. Por ello aún quedan secretos bajo su manto. Este año descubrieron, sumergido en la laguna Nahualac a las faldas del Iztaccíhuatl, un adoratorio (tetzacualco) que podría representar la creación del cosmos. Todo un universo en miniatura. Este adoratorio se encuentra a 387o metros sobre el nivel del mar. Lo más asombroso del escenario es el efecto óptico que provoca el espejo de agua; un efecto visual en el que parece que la estructura de piedra que vive al fondo del lago emanara hacia la superficie. Así lo describió el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH).

iztaccíhuatl

Más hallazgos

El INAH también comunicó que en este espacio (constituido por dos partes) hay una representación del universo por parte de las culturas prehispánicas que en épocas antiguas acudían al espacio  a venerar a sus dioses. El primero es la estructura  hecha en el estanque y aunque ahora sólo queda sólo una especie de base, se cree que se trataba de un templo hecho de materiales perecederos como madera. La segunda parte de este hallazgo está a unos metros del estanque, en un área llena de manantiales, donde encontraron piezas de cerámica, lapidarios y restos orgánicos en especial elementos decorativos asociados a la adoración a Tláloc, el dios de la lluvia.

iztaccíhuatl

¿Qué significa?

Los arqueólogos que investigan esta zona consideran que este adoratorio está hecho como representación del tiempo y espacio primigenio. En la mitología azteca, Cipactli era el monstruo de la tierra que flotaba sobre las aguas y a partir de su cuerpo se creó el cielo y la tierra. Es así como esta diminuta construcción –una estructura que “flota” en el estanque– simboliza la creación.

.Con información de nuestra revista hermana Travesías.

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