En la CDMX algunas heladerías han resistido el paso del tiempo, convirtiéndose en verdaderos íconos de la tradición y el sabor. A continuación, te presentamos algunas de las más emblemáticas:​

Nevería Roxy

Fundada en 1946 en la colonia Condesa, la Nevería Roxy es un referente de las heladerías tradicionales en la CDMX. Inspirada en los recuerdos de infancia de Don Carlos Gallardo en La Barca, Jalisco, Roxy ofrece una variedad de nieves y helados artesanales que han deleitado a generaciones. Su ambiente retro y sabores clásicos como el mamey la han convertido en un lugar de nostalgia y sabor. ​

La Especial de París

Con más de un siglo de historia, La Especial de París inició en 1921 cuando Domingo Lozada comenzó vendiendo helados desde un carrito en el centro de la ciudad. Para 1929, estableció un puesto fijo en la calle París, dando origen al nombre. Esta heladería es famosa por su helado de vainilla elaborado con vainilla mexicana de alta calidad, sin saborizantes artificiales ni conservadores. Además, ofrecen sabores innovadores como tabaco, aceite de oliva y queso de cabra con sultanas de coñac. ​

Helados Siberia

Fundada en 1930, Helados Siberia es otra joya de la Ciudad de México. Conocida por sus helados artesanales y su ambiente clásico, Siberia ha mantenido su compromiso con la calidad y la tradición a lo largo de las décadas. Sus sabores tradicionales y su atención al detalle la han mantenido como una favorita entre los capitalinos.​

Helados Chiandoni

Establecida en 1957 por la familia Chiandoni, esta heladería trajo consigo la auténtica tradición italiana de los helados. Ubicada en la colonia Nápoles, Helados Chiandoni es famosa por sus malteadas y helados preparados con recetas que han pasado de generación en generación, ofreciendo una experiencia genuina y deliciosa.​

Helados Mi Juanita

Con más de 70 años de historia, Helados Mi Juanita ha sido un pilar en la comunidad de la colonia Portales. Reconocida por sus sabores tradicionales y su compromiso con la calidad, esta heladería ha mantenido su esencia familiar y artesanal, atrayendo a clientes de todas las edades.​