En la memoria de esta ciudad hay lugar para todos. Lo vemos en los nombres de las calles, en las placas de los edificios y en las estatuas que a veces están dedicadas a personajes que sólo existen o existieron, precisamente en nuestra memoria. Este es el caso de un monumento muy particular en un parque de la Benito Juárez: la estatua de Chabelo.
Antes de continuar con el resto de la historia, vale la pena detenernos un momento y aclarar que, cuando decimos Chabelo, no nos referimos al recién fallecido Xavier López Rodríguez, sino al personaje que interpretó durante 48 años. Ese que, por su largo tiempo en la televisión, todos llegamos a creer –aunque sea para seguir el chiste– que había alcanzado la inmortalidad. De ese es del que hablamos y de ningún otro. Ahora sí, una vez aclarado esto, podemos seguir.
No es la primera vez que hablamos de una estatua de este tipo, hace tiempo le dedicamos una nota al Charles Chaplin metálico que vive en la Venustiano Carranza. Sin embargo, podemos decir que esta nos parece un poco más simpática por la forma en la que fue pensada e incluso por su muy particular manera de aparecer ante la mirada de los transeúntes. Ya sea que se dirijan al Parque de los Venados o a hacer algún trámite a las oficinas de la Alcaldía, el monumento salta a la vista de una manera sorpresiva.
Mientras uno camina por ese parque que, sin duda alguna, tuvo mejores días, entre los arbustos se adivina una silueta tan cabezona que apenas se distingue su forma humanoide que saluda perpetuamente al aire. Ese es el Chabelo, que habita ahí desde hace relativamente poco. Fue en 2006 que el Círculo Nacional de Periodistas, apoyados por algunas de las marcas que cada domingo se anunciaban en el programa —ahora sí— de Javier López, instalaron esta simpática escultura en una pequeña porción de verde a la que llamaron Jardín de los Grandes Valores de México.
Por el nombre que le dieron, queremos pensar que, cuando lo estrenaron, ese mini parque tenía un aire un poco más limpio y festivo. De esta manera, podemos imaginar que las estatuas que acompañan a Chabelo lucían bastante más alegres que ahora que a menudo las encontramos rodeadas de basura o con los pedestales “decorados” con grafiti o con declaraciones de amor entre las parejas que se van a romancear por ahí.
En este jardín de los Grandes Valores vemos figuras del espectáculo o la televisión como Lolita Ayala, Carla Estrada, Plácido Domingo o Silvia Pinal que al parecer tiene un lugar privilegiado, pues a su alrededor hay una especie de plataforma que le otorga cierta importancia sobre las demás. De hecho, gracias a esos pocos centímetros de altura, la escultura tiene un semblante más brillante frente a las otras que, al llegar la tarde, lucen opacas y un poco tristes.
De momento no nos queda claro quién decidió que el jardín se llamase así, ni por qué eligieron a estos personajes para representar a los “grandes valores de méxico”. Tal vez porque el Círculo Nacional de Periodistas los reconoce como grandes personajes dentro de su campo o tal vez por ese pensamiento –que hoy ya nos parece un poco extraño– de que la televisión llegó para transmitir los mejores valores de la sociedad.
Lo que sí nos queda claro es que su presencia ahí hace que las caminatas alrededor del Parque de los Venados se tornen curiosas. Como ocurre con otras estatuas de la ciudad, encontrar a este Chabelo metálico puede convertir un paseo ordinario en algo muy diferente; una caminata con una parada inusual y sorpresiva que puede, o no, movernos los recuerdos.