Ninguna festividad es tan importante para los mexicanos como la Navidad. Naturalmente, en quinientos años el rostro de la Navidad ha cambiado radicalmente en la Ciudad de México pero, para fortuna de todos, existe un increíble acervo fotográfico que da cuenta de esta lenta pero firme transformación.
La Navidad ha estado presente desde tiempos de la conquista, cuando instauraron como evento evangelizador y mucho antes de eso, cuando los indígenas adoraban al dios Huitzilopochtli durante la misma ventana de tiempo.
Desde los escaparates comerciales que implementaron las tiendas departamentales, pasando por la polémica introducción de Santa Claus y el tradicional alumbrado público del Centro Histórico; la rica memoria de esta ciudad nos permite recrear cómo se celebraba la Navidad en las décadas de los 50, 60 y 70, en medio de bombillas, guirnaldas, esferas y luces de bengala.
Escaparates comerciales
Si por algo son famosas las tiendas departamentales en diciembre es por sus tradicionales escaparates navideños, que hipnotizan a cualquier incauto con sus escenografías invernales de ensueño y exhibición de productos. Este tipo de recintos implementaron a finales de 1800 el uso de vitrinas como estrategia para aumentar sus ventas y atraer posibles nuevos compradores. La marca pionera en aprovechar dicha ventaja fue el establecimiento neoyorquino Macy’s que, gracias a su novedosa decoración navideña, introdujo el llamado window shopping, es decir, el acto de mirar los productos expuestos y no necesariamente querer comprarlos.
La dinámica del window shopping no tardó en extenderse a otras latitudes del mundo y en el ex Distrito Federal las tres principales cadenas departamentales, Liverpool, Sears y el Palacio de Hierro, adoptaron la mecánica que hoy en día sigue siendo común en temporada navideña. Fotografías de los años cincuenta y décadas posteriores dan fe del fuerte arraigo que existe con esta forma de ver y comprar, sobre todo cuando se trata de aquellos regalos que, simbólicamente, le pondrán punto final a otro ciclo más.
La llegada de Santa Claus
Cabe la pena destacar que Macy’s fue también el primer establecimiento que presentó a Santa Claus para llamar la atención de los más pequeños, hecho que irremediablemente impactó en el folclore local pese a la desconfianza que generó un personaje traído del extranjero y que rompía con el culto a los Reyes Magos.
Años después, en 1950, la imagen de Santa Claus se legitimó de la mano de una famosa compañía refresquera. La asimilación cultural de esta figura se relaciona con el american way of life, un momento de apertura al exterior y modernización en México.
Alumbrado navideño
Además de las decoraciones que se dan en la intimidad del hogar o en los escaparates comerciales, existen otras de carácter público cuya magia recae en el mero placer de la contemplación. Hablamos por supuesto del característico alumbrado navideño que ha maravillado a varias generaciones de capitalinos.
Imágenes de mediados del siglo pasado evidencian que las luces navideñas, aquellas que interpretan algún motivo de la temporada; solían colocarse por los alrededores de la Alameda Central e incluso frente al Palacio de Bellas Artes.
Actualmente, los mosaicos luminosos de LED se colocan en el Edificio de Gobierno, el Antiguo Palacio del Ayuntamiento y la zona comercial del Centro Joyero y el Portal de Mercaderes en la plancha del Zócalo. La Avenida 20 de noviembre y José María Pino Suárez también gozan de sus propias figuras monumentales. En 2022 la decoración se extenderá hasta el Paseo de la Reforma.